Pues no, no es tan fácil. Una parte del mallorquinismo, supongo que el representado por los “tugores”, “planas” y compañía, comienza a resignarse al descenso a Segunda B sin emitir el menor acto de contrición por su actitud colaboracionista con los responsables del desastre. Si no lo hacen Molango, Monti, Iván Campo y la mitad de los que siguen chupando del bote, ¿por qué lo iban a hacer los demás?. Pero hay otro sector, hoy seguramente el más amplio, que no llora por la salida del club de la élite del fútbol profesional y de la propia Liga, sino por la destrucción inmisericorde de miles de sentimientos, de ilusiones y alegría.
Un compañero del diario El Mundo, Miguel Sureda, decía el domingo que cuando ve venir lo inevitable, duele menos, ya que se va asimilando poco a poco. Pues bien, lo que se vislumbra ya es una debacle aún peor: la lenta agonía de la institución. En primer lugar porque salir del pozo en el que va a caer es muy complicado y en segundo lugar porque nadie en su sano juicio confiaría en quienes han conducido la nave bermellona al naufragio en lugar de dejarla en puerto seguro. Conviene que también lo vayamos pensando.
Lo único sensato que le escuché decir a Utz Classen a lo largo de su lamentable permanencia en el Mallorca fue que “quien ha sido parte del problema, no puede ser parte de la solución”. Y en efecto, mientras Robert Sarver, Steve Nash, Andy Kohlberg, Maheta Molango, Monti Galmés, Javi Recio e Iván Campo sigan en sus respectivos cargos, no hay nada que hacer. En las próximas semanas escucharemos con interés lo que tengan que contarnos las nuevas víctimas del caos – la primera ha sido la afición – sobre lo que han tenido que ver, vivir y sufrir. El ERE está al caer y pagarán muchos justos por pecadores, personas a las que no sobra el dinero y viven, no precisamente a cuerpo de rey, de su trabajo en medio de la macro estructura que los americanos y sus gestores no han sabido regularizar. Pero ya hay quien les precedió y a la vez sentenció: “mientras Molango esté en el club, jamás volverá a primera división”.
O se van todos o preparémonos para algo peor que el descenso.