Suerte, Baltasar

Una vez consumado el nombramiento del diputado de Podem, Baltasar Picornell, como presidente del Parlament en sustitución de Xelo Huertas, pese a las muchas y fundamentadas reticencias del resto de grupos firmantes de los Acords pel Canvi, procede felicitar a quien ya es la segunda autoridad de Balears y desearle mucha suerte en el desempeño de su labor y, sobre todo, altura de miras y saber estar. El cargo que le ha correspondido a menudo no es fácil de desempeñar y en demasiadas ocasiones los diputados no se lo podrán fácil, aunque es de desear que sea todo lo contrario y que entre todos le ayuden y no le compliquen la vida en exceso. En su discurso, Picornell se ciñó al guión y fue correcto al reclamar más y mejor democracia y más y mejor autogobierno. Si interioriza de verdad que a partir de ahora representa a todos los ciudadanos de Balears y no sólo a los que votaron a su opción política, tendrá mucho ganado.

Pero si como algunos temen, Picornell va por libre y antepone sus intereses partidistas a sus obligaciones institucionales, la responsabilidad de ello no recaerá en él, sino en el partido que le ha propuesto y en aquellos que le han votado, pese a manifestar que no era el diputado idóneo de los 8 que aún conforman el grupo de Podem. Hay que recordar que las opiniones desfavorables a designar presidente a Picornell por parte PSIB y Més, se desvanecieron tras la amenaza de Alberto Jarabo de dar por roto el pacto, sin dar opciones a consensuar otros nombres de la formación morada. Así pues, Picornell es presidente por la imposición de Podem y por la cesión de sus socios ante la amenaza de ruptura del pacte.