Las declaraciones de la diputada Laura Camargo, portavoz parlamentaria de Podem que algunos quieren hacer presidenta del Parlament aunque ella se niega en redondo, afortunadamente para todos, han causado sensación. Tantos años de planes sectoriales, tantos años de normativa turística, tantos esponjamientos, tanta diversificación de la oferta, tanto esfuerzo por ampliar la temporada, para que ahora venga Podem a tirar todo el trabajo por tierra, con el peregrino argumento de que no quieren turistas en invierno porque los trabajadores, después de 8 meses de trabajo, están reventados.
Parece inconcebible que una responsable política pueda expresarse con esta frivolidad y este desconocimiento brutal de la realidad social, laboral y económica de Balears. Parece difícil de sostener con parámetros lógicos y razonables que hayamos de resignarnos a temporadas turísticas de 8 meses -incluso de menos, porque en Menorca, Ibiza y Formentera a menudo solo duran 6 meses-, con lo que eso significa de falta de trabajo y por tanto, de ingresos, para muchos trabajadores y sus familias, solo por la fobia patológica de Podem a la industria turística, el motor económico del archipiélago.
Cabe preguntarse si la señora Camargo tiene idea de dónde sale el dinero para pagarle su nómina. Quizás piensa que cae del cielo o que viene de Venezuela, pero no es así. Surge de los impuestos de los ciudadanos y en buena parte, también de los trabajadores. Y a más horas trabajadas, más impuestos devengados con los que sostener el Estado del Bienestar y mayor cotización a la seguridad social con la que asegurarse una jubilación digna. Pero Podem debe preferir un 20% de parados y una sociedad subsidiada, antes de que las temporadas turísticas se alarguen merced a un turismo diferente del sol y playa, a menudo vinculado a la cultura, la gastronomía, el medio ambiente, el deporte, etc.
Camargo desbarra en el Parlament y sus delirios, fruto de una ignorancia apabullante, son auténticas cargas de profundidad contra la industria turística, actividad de la que muchos ciudadanos dependen para su prosperidad. Si hay trabajadores reventados, que descansen. Si hay situaciones de explotación laboral, la Inspección de Trabajo estará encantada de recibir las denuncias de Podem. Pero querer mantener la estacionalidad de los ciclos de actividad turística reducida y limitada a los meses de verano es algo inexplicable que solo se le puede ocurrir a alguien que disfruta con el empobrecimiento de la población. Quién sabe si ese es realmente su objetivo. Seguramente sin la crisis pavorosa que ha atravesado el país, Podem no estaría donde está y es posible que consideren un peligro para sus intereses electorales que las cosas vayan mejor. En este sentido, que la temporada se alargue poco a poco es una magnífica noticia, sobre todo para quienes logran trabajar o tener un negocio abierto, cuando antes tenían que cerrarlo. Gracias al esfuerzo colectivo, este un objetivo que poco a poco se consolida, para regocijo de todos, excepto de Podem y de Laura Camargo, que considera que la gente tenga un empleo es una maldición. Sus palabras así lo revelan.