Mareas blancas

Van dos. Entre las distintas movilizaciones blancas de los últimos años, destacan dos mareas sanitarias que han hecho temblar a los gobiernos de Madrid y de Andalucía. Esta última en efervescencia.

Bajo la consigna de “No a la privatización”, los ciudadanos y profesionales sanitarios de Madrid se movilizaron ante la falta de rigor y de transparencia en los planteamientos económicos de las externalizaciones de servicios sanitarios. Acompañados de falta de ética y de estética, algunos exconsejeros de salud aterrizaron en los confortables consejos de administración de las empresas concesionarías de sus propias licitaciones.

La mecha se encendió cuando sin información, sin planificación y sin sentido común se decidió cerrar las urgencias del Hospital de la Princesa que da servicio sanitario público al Barrio de Salamanca de la capital. Con las actuaciones poco profesionales de unos pocos se ha conseguido demonizar y estigmatizar una forma de provisión asistencial eficiente.

El foco de agitación actual tiene su epicentro en Granada. La deficiente puesta en marcha del flamante hospital universitario, el Parque Tecnológico de la Salud (PTS), ha convertido una oportunidad en un conflicto autonómico. La sustitución del vetusto hospital clínico, ha derivado en un alambicado e ininteligible proceso de fusión de los dos hospitales de la ciudad que no han entendido ni aceptado los ciudadanos ni los profesionales. De hecho, les ha sacado a la calle. La premisa más elemental de planificación sanitaria que garantiza una cartera de servicios básicos completa y homogénea por sector y define las especialidades de referencia, no ha sido aplicada por los responsables sanitarios del lugar. Los ciudadanos se han indignado y han apuntado como responsable a la presidenta de la comunidad. Como aperitivo, para hacer boca, han saltado por los aires el viceconsejero, el director gerente del Servicio Andaluz de Salud y la directora gerente del hospital.

Dos ejemplos concretos que han conseguido indignar a un tercio de la población española en contra de sus responsables sanitarios. Espectacular.