Claassen, a casa

El clamor entre la afición mallorquinista para que Utz Claassen deje de ocupar la presidencia del RCD Mallorca es atronador y se ve acrecentado por la dimisión del hasta ahora director deportivo de la entidad, Miquel Àngel Nadal, quien muy consciente de que la temporada ha resultado decepcionante y de que no se han cumplido los objetivos, hay que dejar paso a otra gente.

Claassen está desaparecido en combate desde hace semanas y ni siquiera en los momentos más dramáticos, donde la sombra del descenso se cernía sobre el primer equipo, fue capaz de dar la cara ante la afición, como si él no tuviera ninguna responsabilidad sobre lo que estaba sucediendo. A todo esto además hay que sumar la noticia de el todavía presidente de la entidad está bajo sospecha y la Agencia Tributaria investiga sus finanzas en busca de un supuesto fraude fiscal. Esto supone un baldón intolerable para el Club y Claassen debe irse a su casa de forma inmediata.

Su permanencia como presidente de la entidad bermellona, por más que ya no sea propietario al haber vendido sus acciones, ha devenido insostenible. Él, que presumía con frecuencia de conocer perfectamente la realidad y de ser tan correcto y escrupuloso con los pasos a dar en cada momento, debería saber que el divorcio se ha materializado y no le queda más salida que abandonar la presidencia del RCD Mallorca.