¿Pero y si sí?

Han sido demasiados errores, olvidos y sustracciones a la historia como para liquidarlos con un simple “lo siento”. La celebración de un centenario de cualquier empresa, en el caso del Mallorca un club deportivo, no es algo que se pueda rememorar solo con “buena voluntad”, sobre todo cuando lo que ha faltado en casi todos los órdenes, es “buena intención”. La ignorancia de protagonistas históricos, de acontecimientos relevantes y la revisión de las listas de invitados, autores y colaboradores ha presidido una celebración circunscrita al correspondiente homenaje del presidente y accionista minoritario, aderezada con parte de los hechos acaecidos entre los años 1995 y 2010.

Y no es un asunto baladí. Como me recordaba el ex presidente Bartomeu Vidal, estamos hablando de la única institución mallorquina y balear capaz de reunir a quince o veinte mil almas en torno a un mismo sentimiento, aunque sea en ocasiones puntuales. Nuestra sociedad no es nada proclive a participar en proyectos colectivos, lo que exigiría cuidar con mayor mimo tamaño patrimonio humano inalcanzable siquiera mediante ideologías políticas y casi hasta religiosas. Por tanto, permitir que tal enseña haya ido a parar a manos de negociantes ajenos a nuestra cultura cuyo único fin, lícito por supuesto, es el lucro, raya la irresponsabilidad sino la inconsciencia común.

Finalmente ya me pregunto si el hecho de haber cumplido cien años en estas condiciones merecía la pena. ¿Qué pasaría si mañana el señor Sarver decidiera cambiar de ciudad se fuera con el Mallorca a otra parte?. Probablemente nada se lo impide. O si. No lo sabemos ni creo que podamos jamás contar con otra cosa que no sea su palabra. No, no lo hará. Sin embargo y parodiando a José Mota: “¿pero y si sí?.