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Cara a cara de grosería y mala educación

miércoles 16 de diciembre de 2015, 06:00h

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El debate entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez organizado por la Academia de las Artes y las Ciencias de Televisión y emitido por TVE dejó en evidencia a los dos candidatos a presidente del Gobierno de España. El aspirante, secretario general del PSOE, por su grosería y mala educación. Y el actual poseedor del título y presidente del Partido Popular, por su pachorra y su incapacidad de contraatacar las embestidas de Sánchez.

Tras el debate organizado por El País y el debate a cuatro que organizó Atresmedia para Antena 3, Pedro Sánchez estaba seriamente tocado como confirman las encuestas preelectorales que dan un repunte tanto a Podemos y a Pablo Iglesias como a Ciudadanos de Albert Rivera. El PSOE está en grave riesgo de dejar de ser la segunda fuerza política del país. De ahí que saliera a comerse a su rival, que prácticamente desistió de debatir y no entró en ningún momento en situación. Esquivo y huidizo, no fue capaz de refutar ni pararle los pies al líder socialista, por más que le sobren argumentos para hacerlo.

Pedro Sánchez entró en el terreno de la demagogia en repetidas ocasiones, como cuando acusó a Rajoy de haber recortado el derecho de las mujeres españolas a decidir cuándo ser madres, o al citar a Luis Bárcenas cuando se estaba discutiendo del paro. Armado con gráficas y sabiéndose bien la lección, interrumpió constantemente a su rival llegando al punto de acusarle de no ser decente, lo que irritó al líder popular que contraatacó valorando lo dicho por el socialista como “ruin”, “mezquino” y “deleznable”.

En suma, un debate que no habrá dado votos ni a Sánchez ni a Rajoy, sino más bien a los candidatos que no estuvieron allí. Los líderes del PP y PSOE parecen no entender lo que se juegan en estas elecciones generales, aunque a los españoles que siguieron el debate les quedó claro su nivel político y su educación. Sobre todo la de Pedro Sánchez, que puede respirar hasta el próximo domingo a costa de parecer un aspirante tosco y sin modales.