JAUME SANTACANA. Tengo la sospecha de que esta palabra no existe en ningún diccionario, pero me va de perlas para ilustrar el fondo del discurso que, a continuación intentaré desarrollar brevemente.
Si me disculpan, les debo explicar que estoy hasta los mismísimos…(aquí, eufemísticamente, vendría la expresión que definiría a los despojos animales –en este caso, a los atributos masculinos- que un valiente, culto, y erudito consejero (que no conseller) del Govern de les Illes Balears, dispuso sobre su noble testa, con el objetivo de enaltecer su sabiduría y su savoir faire); o sea, hasta los mismísimos…de aguantar a un porcentaje de población numeroso que, por costumbre, llega tarde a sus citas.
He perdido una porción vital decisiva, esperando personas impresentables.
A mí, particularmente, esta historia de la impuntualidad general, me parece incontestablemente aborrecible. Monstruosa. Ya no es que sea abiertamente maleducado el humano que suele llegar tarde a todas partes; es que se trata de bautizarlo con un adjetivo contundente y, a la vez, preciso: ¡es un perfecto imbécil!
Antes, ahora ya no –la mala leche me invade el cerebro y la ira me ciega el espíritu- me divertían las estúpidas excusas con las que me solían regalar los oídos, los canallas que llegaban a deshora: “ya se sabe…cuando llueve…”; o bien: “si supieras como está el tráfico…”; o mejor: “he tenido que llevar los niños al colegio”.
Pandilla de “cabezasdehaba”: llegar tarde es un acto terrorista, que debería estar penado, duramente, por la ley sagrada.
Quien esto suscribe, tiene a bien demostrar, públicamente, que el promedio del índice de puntualidad soportado durante los últimos sesenta y dos años por un servidor de ustedes, es del 98’4%.
No llegué tarde ni al entierro de mi padre, ni a mi propio nacimiento.
El 1’6% de mi personal fracaso cronológico se debe al sexo: a veces, aquello que uno está que si patatín, que si patatán, que ponte asín, que ahora ponte asán, que date la vuelta, que ¡qué bien!, que venga y venga y venga…
O sea, por motivos serios.