Los trabajadores de Serveis Ferroviaris de Mallorca estudiarán mañana ir a una nueva huelga, por su disconformidad con la política laboral de la empresa y deberán votar si aceptan o no hacer un paro. Según indica el comité de empresa, "sólo un mes después de haber celebrado la última Asamblea de trabajadores donde desde el Comité de Empresa de SFM anunciábamos a los trabajadores haber alcanzado un acuerdo con la Dirección para la firma del nuevo Convenio Colectivo, de repente nos vemos abocados a esta situación puesto que la Consellería ha decidido ahora romper el acuerdo, desautorizar lo firmado por sus representantes en la Dirección y manifestarnos su nula intención de llegar a ningún acuerdo".
El comité añade que "los trabajadores que durante la negociación, y mediante ésta, habíamos aceptado la mayoría de las propuestas hechas desde la Dirección, incluyendo la adaptación de los últimos Decretos del Govern al texto del Convenio de empresa, asistimos incrédulos al giro brusco de las intenciones anunciadas: En primer lugar se retractan del acuerdo, en segundo lugar no basta la aceptación de la jornada de 7 horas y media sino que ahora pretenden imponer turnos de 9 horas y media, y finalmente además eliminarán la mitad de frecuencias en sábados, domingos y días festivos (de tener un tren cada media hora se pasará a uno cada hora)".
Finalmente, el comité concluye que "todo lo que en convenio estábamos dispuesto a asumir mediante la negociación llevada a cabo con la Empresa, la restructuración de los puestos de trabajo y funciones que permitirían evitar justo eso, la pérdida de calidad y cantidad en los servicios de tren, se lanza por la borda desde la Consellería y de nuevo se imponen políticas de subida de precios y recortes de frecuencias. Desde luego parece “kafkiano” el escenario de abocar al servicio de transporte ferroviario de Mallorca a una huelga teniendo encima de la mesa un acuerdo entre la Dirección y los trabajadores de SFM, pero desde luego es la única alternativa que se deja desde la Consellería cuando priman las políticas del engaño y las consignas del "donde dije digo, digo Diego".