Los bien pagados

Tras cuatro años dando dinero público a fondo perdido y que para nada se ha traducido en un mayor crédito a las familias, por fin el Gobierno decide poner algo de cordura en el sistema bancario y limita el sueldo de los ejecutivos de aquellas cajas que han recibido fondos públicos y de las que han sido intervenidas.

Se acabaron -en teoría- los salarios millonarios como el Rodrigo Rato, que se embolsaba 2,3 millones, y a partir de ahora lo máximo que percibirán será 600.000 euros. Una cantidad nada desdeñable, que pese a que supone en algunos casos un recorte de hasta el 70%, sigue siendo altísima.

Con cinco millones de parados y exigiendo cada día nuevos sacrificios a los ciudadanos esta reforma es de justicia. No es lógico que quien necesita ayuda estatal para sobrevivir se embolse un dineral por estar al mando de la entidad. Pero como siempre hay un pero, y es que el recorte de sueldo solo afecta a presidentes, consejeros delegados y directores generales, el resto de ejecutivos seguirán estando bien pagados.