El alcalde de Palma Mateo Isern parece empeñado en generar absurdas polémicas con su manía de no respetar las tradiciones. Allá por el mes de octubre se planteó suprimir el homenaje a las víctimas de la Guerra Civil que tiene lugar con motivo del día de Todos los Santos lo que provocó una polvareda tan grande que Isern se vio obligado a dar marcha atrás. Ahora, en un acto sin precedentes, decide emplear el castellano durante el discurso dela Festa de l’estándar provocando los abucheos e insultos de una parte del público.
El alcalde debería saber mejor que nadie que el 31 de diciembre se celebra la conquista de Mallorca por parte del rey Jaume I y con ello la llegada del catalán a la Isla. Se trata por tanto de una fecha conmemorativa con una gran carga sentimental y cultural que, le pese a quien le pese, hay que respetar.
El guiño de Isern al bilingüismo estaba totalmente fuera de lugar y lo único que ha conseguido es crear otra polémica absurda y absolutamente inútil, que no nos lleva a ningún lado, salvo a nuevos enfrentamientos.