El autobombo de Salut

Asisto asombrado estos días al gran despliegue de información puesta en marcha por Salut. Nos presentan la nueva tarjeta sanitaria como un gran avance y no como una forma de sacarnos dinero, a ver si así cuela; nos venden a bombo y platillo las cifras de los hospitales, dosificadas para que las asimilemos mejor y nos aseguran que nuestra sanidad no se ha visto mermada por los recortes, pero ni una palabra de lo que los ciudadanos quieren saber de verdad.

Las listas de espera aumentan y nadie lo dice; el personal sanitario anda enfadado, desmotivado, preocupado y harto de ser el chivo expiatorio una y otra vez; las plantillas disminuyen porque sólo se sustituye al personal estrictamente necesario; los cambios en la cúpula del Ib-Salut son constantes; los rumores cada día se hacen más grandes y los profesionales están hasta el estetoscopio de aguantar según que cosas.

Pero los responsables de Salut no sólo callan sino que se rodean de sus fieles y siguen en su mundo maravilloso e ideal, eso sí, con alguna excepción que se dedica a insultar y a insistir en lo maravilloso que es, el gran curriculum que tiene y lo maravillosamente bien que lo hace, por lo que nos está haciendo un grandísimo favor a los mallorquines al dignarse dirigir nuestra sanidad.

Y mientras los enfermos sufriendo en sus carnes esta política de recortes que no ha hecho nada más que empezar.