El canciller del Exchequer británico anunció ayer que el país (el Reino Unido) va a estar unos años más en salir de la crisis en la que se encuentra, tal vez hasta seis. La portada del vespertino Le Monde titulaba ayer que Europa (la eurozona) estará diez años más en crisis, de los cuales el año próximo serán de recesión. ¿Y España?
De España podemos decir, sin margen de error, que lo peor está por venir. Lo dijo ayer el presidente Bauza pensando en Baleares, se entrevé en todas las declaraciones y, con toda seguridad, lo viviremos a partir del 2012: las medidas duras aún no se han visto. De forma que bien podríamos decir que, tras este aperitivo que nos pensábamos que era la crisis, ahora viene lo malo, ahora vamos a empezar a ver qué es reconvertir nuestra economía.
En Cataluña, por ejemplo, donde sí parecen haber tomado conciencia plena de lo que hay que hacer, se hablaba ayer de que ciertas rentas tendrían que pagarse un seguro privado para obtener atención médica porque, simplemente, los servicios públicos no van a poder atender a todos.
Porque, veamos: tras todos los ahorros que hemos llevado a cabo, España aún sigue teniendo un déficit de más del 6 por ciento del PIB; aumentamos los ahorros, pero la recaudación fiscal también cae y esto no hay quien lo cuadre.
Afortunadamente, nuestra deuda no es extraordinariamente alta y una vez enjugado el déficit, la deuda no debería ser un problema insoluble. Pero, en cambio, mucho más serio es el problema de la debilidad de nuestra estructura productiva, que no tiene soluciones fáciles.