En Baleares, si los jueces y fiscales no animan, la prensa se convierte en un aburrimiento, pero mejor no demos ideas. Hoy, pues, apenas hay algo remarcable.
Ultima Hora abre con que habrá más
ocupación hotelera en Semana Santa;
Diario de Mallorca destaca la guerra de
Libia y
El Mundo sigue con la saga de la corrupción en el
puerto de Palma en la que, confieso, me he perdido.
La Gaceta va de temas nacionales. Pero lo llamativo en las portadas es que el diario
Menorca no lleva a su portada la suspensión de pagos de
Quesería Menorquina. ¿Si eso no importa en Menorca....? ¿O es que a las 10 de la noche ya dormían? En cambio titula que Mahón hará una escuela después de treinta años. Esto es agresividad. En Ibiza,
Diario de Ibiza también destaca que aumentan los vuelos al aeropuerto. Pero lleva en portada al delegado del Gobierno,
Ramón Socías, que dice que el PP es hipócrita criticando los sondeos petrolíferos cuando, en su época de gobierno, también se hacían. Socías tiene razón, pero se le ha olvidado que quien más se ha rasgado las vestiduras con esta bobada ha sido un tal
Antich, que creo que le suena a Socías.
Diario de Mallorca publica en portada, aunque muy pequeño, que un funcionario de prisiones fue despedido por haber
esposado sin justificación a un recluso. Vaya, se ve que en Baleares esposar a uno por cualquier cosa es algo muy serio que no se consiente fácilmente. No me quiero imaginar qué harían con un funcionario que, si además de esposar a alguien,
lo paseara delante de las cámaras de la prensa para que lo retraten. Vamos, es que lo condenamos a cadena perpetua si alguien hiciera eso con un no condenado. Es que aquí estas cosas son sagradas.
El Mundo cuenta que los dos ediles de
Unión Mallorquina no van al ayuntamiento, que se han largado. Y la dirección del partido dice que no sabe nada, que ellos ya no son Unión Mallorquina y que esto no les afecta. ¿Y los sueldos? Buscad los sueldos y veréis cómo todavía a alguien sí le interesan estas concejalías. Maravillosa la historia que cuenta como introducción a su artículo
Joan Font Rosselló en
El Mundo: dice que salía un día de una reunión y se encontró una manifestación feminista por la calle, con la tropa clásica, cuatro lesbianas, cuatro incendiarias, algunos políticos de ultraizquierda y un poco de sindicalistas caducos. De pronto encuentra que alguien lo saluda: era
Francisca Bennasar, del PP, con cuatro amigas más, todas de su nivel, que estaban allí, manifestándose como pato en un garaje. Font describe la escena como una muestra de la
desorientación mental del PP, para lo cual ha seleccionado a gente que, encima, está especialmente despistada.
El País nos cuenta que los dos avioncitos que están paseando por Libia costarán a España
10 millones de euros mensuales. Y
Pedro Villalar destaca en
Diario de Mallorca el absurdo total que significa que los partidos políticos (mediante ley, claro) hayan obligado a las televisiones privadas a emitir informaciones según criterios públicos. En
Diario de Mallorca les
llama la atención que se trabaje en sábados y domingos en la fachada marítima (¿tendrá algo que ver que vamos hacia las elecciones?) y, también, que hay alergias en primavera (me fascina la capacidad de los diarios para tocar temas delicados, para profundizar en la democracia). Incisivo el
Balears, publica una superfoto noticia: un submarino en Cartagena. Vaya, ¿y la noticia?