mallorcadiario.com reproduce íntegramente el escrito de
Eva Maria, una palmesana que vive con amargura la noticia del terremoto del Nepal. Peor aún es su sensación al buscar y no recibir noticias de
Gyan Gurung, el sherpa nepalí al que acuden prácticamente
todos los mallorquines que han realizado el viaje a los pies del Himalaya. Eva Maria quedó marcada por la experiencia en 2012 y ahora, al ver las imágenes de la tragedia, vuelven todas las sensaciones conjugadas con la falta de noticias positivas de aquellos a los que conoció en el viaje.
"Al escuchar la noticia pensé enseguida en mi sherpa Gyan Gurung, que nos acompañó en el trekking al campo base en el 2012 y del que aún no tengo noticias, que espero y deseo que esté bien. Gyan ha guiado a muchos mallorquines por la cordillera del Himalaya, ya que nos lo vamos recomendando unos a otros. Él, como el resto de sherpas son unos verdaderos héroes, no nosotros, que equipados con la tecnología punta nos creemos que hacemos una súper hazaña, pero ellos con sus chanclas, con apenas ropa de abrigo, cobrando una miseria y sin apenas seguro de accidentes arriesgan sus vidas para satisfacer los nuestros caprichos de ver uno de los sitios más impresionantes del mundo. Me emociono escribiendo estas notas aunque no por recordar el momento de ver aparecer delante de ti a la montaña más alta del mundo, ( que emociona y mucho) ni por recordar el sonido impresionante de los aludes (un estruendo que impresiona y mucho) sino al recordar las vivencias y experiencias que aprendí con los sherpas. Incongruencia, injusticia, no hay quien entienda nada. Porqué si hemos provocado el cambio climático aquí lo pagan los de allí? Como puede el mundo pagar con esta moneda a una población tan bondadosa como la nepali?Los budistas no son capaces de matar a una hormiga ¿y así se lo devuelve el mundo? No entiendo nada! Y claro ellos no se quejan nunca, de verdad, es increíble lo agradecidos y felices que son con tan poquito. Recuerdo lo feliz que era Gyan (y espero que siga siendo) y la alegría que le daban los pequeños gestos diarios, como el simple gesto de compartir una barrita energética para merendar, de esas que más de una vez tiramos ¡porque no nos gusta! ¡Cuantas lecciones, volvimos con la mochila cargada de aprendizajes! Lo único en toda esta injusticia es que ellos sí creen en el karma y creen que todo lo bueno que haces aquí en la tierra esta te lo devolverá. Eso espero, que el karma devuelva al pueblo nepalí, allí donde crea que se lo tiene que devolver, toda la bondad que despliega por el mundo. El karma Gyan llegará ¡ya verás! Namasté!"