Lo mediático
viernes 24 de abril de 2015, 08:58h
Hace pocos días España vivió pegada a su televisor todo lo que sucedía en relación con uno de sus políticos de más renombre, quien -pese a que algunos traten de separarse de su nombre- estuvo hasta hace poco considerado como el autor del milagro económico español.
Bien es cierto que el Sr. Rato está imputado en el caso Bankia y este es un tema especialmente sensible, fundamentalmente por las formas. ¿Cómo puede pedirse a alguien que razone con mesura cuando ha perdido sus ahorros en preferentes y ha tenido acceso a los extractos de las tarjetas "black"? Sin embargo, me pareció que tanto la forma como el fondo de todo lo que ha rodeado a la detención de Rodrigo Rato ha sido excesivo, barroco. Y sí, soy perfectamente consciente de que sostener esta posición es especialmente impopular en estos días, pero es lo que pienso.
Todos los programas de televisión se dedicaron a emitir en directo durante una tarde que Rodrigo Rato había sido detenido (foto con la mano del policía en la cabeza incluida) y, ante esto, vuelvo a escribir la misma pregunta que he escrito tantas veces: ¿Y si al final Rodrigo Rato es inocente? ¿Alguien cree que su nombre no ha quedado manchado de por vida por esta operación tan "mediática"?
Ciertamente estos días ha habido una auténtica intoxicación informativa con respecto a este tema y las teorías han proliferado desde las distintas posiciones, dando versiones de todos los gustos. Ha habido hasta periodistas que han hablado de un "arreglo" para evitar que la Audiencia Nacional asumiera el asunto. ¿Tan difícil resulta creer en que existe un poder judicial que decide de manera independiente? A mi no me lo parece, porque durante varios años he visto cómo se han investigado temas que afectan al partido del gobierno de España. Claro que esas sospechas también traen causa de la politización de la justicia mediante el reparto de los nombramientos de ciertos tribunales, pero yo confío plenamente en la independencia de los titulares de los Juzgados de este país.
A lo que vuelvo es a que me resulta inaceptable que una persona sea condenada por los medios y los estados de opinión mientras no haya -y en el caso de Rato no la ha habido- una Sentencia que declare que ha cometido un delito. Si lo ha hecho, seré el primero en criticarle. Pero hemos de ser conscientes de que la justicia debe de hacer su trabajo, un trabajo distinto al de los medios de comunicación, que en muchas ocasiones hablan sin conocer en profundidad los términos que utilizan.
Por tanto, esperemos a que tanto Rato como cualquier otro imputado y, después de eso, les criticamos con conocimiento de causa.