La crisis ya es historia. Pásalo.

Mariano Rajoy ha decidido hacer este año discurso navideño a los españoles. Como el rey. En su caso, lo ha adelantado un par de semanas: "La crisis ya es historia del pasado. Serán las primeras navidades de la recuperación".

Mensaje navideño servido. No se lo cree ni él, pero supongo que ésta es su contribución  para promover y alentar el consumo de los españoles durante estas fiestas.

Todo el mundo sabe que en esto de las crisis influye mucho el ambiente, la confianza y los mensajes psicológicos. El de Rajoy lo es, sin duda. Tiene que parecer que la cosa se anima para que todos nos animemos. Es un "Vamos bien, pásalo".

De la crisis no hemos salido. Es algo obvio. Sin embargo, uno sí tiene la sensación de que estamos acabando un año en una mejor situación -también doméstica- algo mejor de como lo empezamos.

Es cierto que las bolsas de pobreza son aún superlativas y que el que no tenía nada hace un año y ahora sigue sin tener nada está lógicamente peor. Sin embargo, hay otro ánimo, que ha empezado a cundir en la primera capa de la cebolla, en la superficie más fina y más alta de la adelgazada clase media española: las reservas de grupos para cenas de Navidad han subido. Los comercios tienen mejor expectativas. Las ventas de coches siguen creciendo. El consumo se mueve, según los datos oficiales. El miedo al futuro inmediato es menor.

A Rajoy le han dado por todas partes por el punto de chulería de su mensaje. Yo prefiero observarlo como un anuncio navideño que favorezca al consumo. Que mejore el ambiente es bueno para todos, sobretodo para los que viven de una caja registradora, que son el tejido económico del país.