Esclata-sangs

Leía este fin de semana en mallorcadiario.com la que es sin duda la peor noticia en mucho tiempo. No por sabida, deja de llenarnos de desazón. No, no me estoy refiriendo a a Operación Púnica, ni al desencuentro entre la afición del Mallorca con su directiva ni siquiera a la nominación de Es Firó como fiesta más estrafalaria de Europa, sino a que "La ausencia de lluvias tiene paralizada la temporada de esclata-sangs". ¡Esto sí que nos duele en el fondo!

Y aunque quienes estuvieran redactando este digital relegaran esta noticia al considerarla de peor entidad que la victoria en Baleares de Podemos según el CIS, al regreso de la pareja de gays de Sóller con sus 'quintillizos', o a la entrevista a Margalida Durán, me veo en la obligación, como buena mallorquina, de realizar la observación de que todo eso para nosotros no tiene la mitad de importancia que la impotencia de vernos privados -aunque sea momentaneamente- de uno de los manjares más celestiales que hay sobre la tierra.

Quien tiene un trozo de 'garriga' lo sabe. Hay dos secretos que no se pueden desvelar ni bajo tortura. El primero es donde se tiene la caja fuerte, y el segundo, mucho más importante, donde hay un corro de níscalos. Para muestra un botón. Un amigo mío, maestro en un colegio de un pueblo del centro de la isla, pidió a sus alumnos que para el día siguiente le realizaran una redacción explicando dónde van sus padres y abuelos a buscar los 'rovellons'. Ningún alumno se presentó con la redacción hecha.

No es cuestión baladí. Saber donde crecen estos hongos es equiparable a poseer el tesoro del reino, porque, poco hay comparable a saborear un buen esclata-sang o una 'blaveta' tostados a la brasa y condimentados con un buen picadillo de ajos, perejil, mejorana y un toque de azafrán. Nos volvemos ojipláticos y salivobucosos sólo de pensarlo.

A nuestra manera, los mallorquines somos muy sibaritas, y no nos conformamos con ir al mercado a comprar níscalos importados. No, los esclata-sangs tienen que ser mallorquines, que por algo "lo nostro és lo millor".

A ver si las lluvias de esta semana nos enmiendan la plana. Es el rayo de luz que estábamos esperando.