Ruiz tiene reflejos
lunes 03 de noviembre de 2014, 19:40h
José Manuel Ruiz, que recientemente ha dimitido como director general de IB3 para presentarse dentro de medio año a la alcaldía de Calvià por el PP ha dado una nueva muestra de reflejos. El Govern deseaba que cubriese este lapso trabajando en el Centre Balears Europa. Le creían necesario en una función que requiere discreción y eficiencia. Pero Ruiz ha detectado algunas críticas por este cambio de función previo a las elecciones y ha decidido renunciar. Ha demostrado reflejos. No quiere ni el más mínimo reproche cuando el próximo mayo se someta al juicio de las urnas en su municipio. Se dedicará por entero, completamente centrado, a preparar la campaña en Calvià dejando de lado polémicas estériles al ocupar estos meses un cargo que en nada hace crecer su desarrollo personal como dirigente político.
Ruiz ha renunciado a un sueldo durante mucho tiempo, todo un problema que comprenden perfectamente los ciudadanos. Los políticos no sólo han de ser honrados, sino que también han de parecerlo. Esta es la trayectoria de Ruiz a lo largo de su vida. Jamás ha creado un conflicto, ni necesario ni innecesario, siempre que ha podido soslayarlo. Jamás ha cogido la sartén por el lado que más quema. Y eso que ha sido dirigente nacional de las Nuevas Generaciones del PP, senador, alto cargo en Calvià y máximo responsable de IB3.
Creyó conveniente y acertadamente que debía dejar lo antes posible la radiotelevisión autonómica cuando su partido pensó en él para sustituir a Manuel Onieva. No quería ni el más mínimo motivo de controversia. Con el Centre Balears Europa ha pasado exactamente lo mismo. Apenas ha intuido un gramo de tensión o una gota de malestar de sus opositores y enseguida ha renunciado.
Si sale elegido alcalde de Calvià, sus conciudadanos ya saben que otorgarán la primera vara a un dirigente altamente sensible con todo lo que pasa a su alrededor, un hombre dialogante y meticuloso a la hora de ofrecer un estilo de hacer política basado en el sacrificio personal siempre que sea preciso. Se pasará medio año sin sueldo para mantenerse fiel a su vocación de ejemplaridad. Donde está él no hay peleas estériles ni egocentrismos hueros. Intenta predicar su trabajo y que lo conozcan por sus hechos, no solo por sus palabras. Ha nacido un nuevo orden político y Ruíz pretende, acertadamente, subirse a él. Lo ha demostrado una vez más.