El virus mediático

Parece ser que el ébola ha eclipsado como trend topic a Artur Mas o quizás el Sr. Mas se ha callado estratégicamente porque sus mantras no pueden competir con el impacto del ébola. En este asunto todo ha sido manifiestamente mejorable. La gestión realizada por la licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, la Sra. Mato, a la sazón ministra de Sanidad, pasará a la posteridad y será estudiada en Harvard.

Claro que de donde no hay no se puede sacar y el responsable es quien la nombró y quien la sigue manteniendo a pesar de su mediocridad imperante y de su impericia. Desde luego la ministra tienen que replantearse su amistad ya que el ninguneo y la desvalorización por parte de the one es una decisión pasivo-agresiva cum laude. Es la procastinación aderezada con dosis de sadismo. Sorprende la sumisión de la Sra. Mato, quizás le convendría ser más proactiva y dimitir. Algo pasa en este país cuando de 18 ministros de sanidad solo dos han sido médicos, aunque Bernat Soria hiciera pufo con su currículum. Ana Pastor ha sido con ventajas la mejor. Creo que es evidente que ser sociólogas, que decir de Leire Pajin, debería ser un requisito previo de exclusión. Como dice un terapeuta la cuestión no es lo que pasa sino lo que haces con lo que pasa. La estrategia de la ministra Mato ha sido penosa y miope. Desde luego no ha generado confianza, Y que decir de la omnipotencia del consejero de Sanidad de Madrid (¿todavía no ha dimitido?) con unos comentarios chuscos, deleznables y exentos de cualquier rastro de empatía y respeto.

Pero el tsunami mediático ha sido también responsable de que el ruido y la confusión hayan eclipsado a la información. Y el virus mediático sobre el ebola ha multiplicado la llamada alarma social. Ha habido manifestaciones de cualquier pelagatos político (sobre todo los tertulianosadictos de electroencefalograma plano) que aunque decían barbaridades, para intoxicar y politizar el asunto, han sido publicadas, publicitadas, amplificadas y difundidas hasta la saciedad. Los guiones no eran precisamente sedantes. Simplemente se trataba de clonar el Prestige. Algunos medios, por cuestiones de posicionamiento ideológico han analizado el tema por tierra, mar y aire. Pocos han informado prudentemente. Es verdad que la forma de afrontamiento en cuanto al abordaje informativo del gobierno se lo ha puesto a huevo. La escenificación en la rueda de prensa de una ministra desbordada y con un lenguaje gestual que rezumaba inseguridad e ignorancia a raudales fue la imagen delatora.

Por otra parte no hay protocolos mágicos. Los protocolos son procedimientos que operativizan la metodología de los pasos a seguir en el abordaje de un proceso clínico específico. No son rígidos y deben de contextualizarse. Pero los protocolos los realizan seres humanos y por ende, aunque la gestión del riesgo tiende a minimizar los errores, no garantizan que estos no ocurran. Que duda cabe que si la formación está acreditada y ha sido la adecuada y los recursos y medios son los apropiados los riesgos se minimizan.

En Estados Unidos, donde no atan los perros con longanizas, también una enfermera se ha contagiado, por un error en el protocolo. Allí, donde también cuecen habas, lo que han hecho es analizar lo sucedido para detectarlo y que no vuelva a repetirse. Aquí, como siempre, a rasgarse las vestiduras y sobreactuación a tope. Menos mal que han designado un comité de expertos (el portavoz, el dr. Simon, es un paisano mío) que son los que, como saben, tienen que liderar todo el asunto. Una vez más el colectivo sanitario ha demostrado, como siempre, que a las duras y a las maduras, a pesar de los recortes, está ahí cumpliendo. Con compromiso, con profesionalidad y con responsabilidad. Solo necesitamos los medios, la formación y los recursos pertinentes. Los ciudadanos confían en nosotros, más que nunca.

Rezo para que Teresa se reponga y su inmunidad aniquile al virus. Su ejemplaridad es digna de destacar. Más seny y menos alarmismo. Es una corresponsabilidad de todos. Ah y no olviden aún ,aquí y ahora que ni estamos en derrota y mucho menos en doma.