Llega septiembre y con él el final del verano. Cada año se repite la misma historia, y una gran mayoría hace una lista de buenos propósitos. Entre ellos uno de los más recurrentes es el de
perder el peso que se ha añadido al cuerpo durante el verano.A partir de aquí, los médicos especialistas en nutrición, advierten de los errores más comunes que se suelen llevar a cabo, y de la necesidad de tomarse ese propósito con tranquilidad y mesura. "No se puede perder en una semana lo engordado durante todo el verano", explica el doctor
Jorge Blanco de Nutriclínic.
"Querer llevar a cabo un proceso de adelgazamiento de manera exprés es incorrecto. Se debe llevar a cabo de manera correcta, sin dejar de tomar las comidas necesarias de cada día, y con el consejo y seguimiento de un profesional que adapte el proceso a cada persona", explica el Dr. Blanco.
Uno de los errores más comunes en los que concurren un gran número de personas es dejar de comer. "
Adelgazar no es dejar de comer", sentencia Blanco. "Hay que regular las comidas, reducir aquello de lo que durante el verano se ha abusado, que suele ser el alcohol y los dulces básicamente, ya que se aumenta la frecuencia en que se celebran cenas y comidas en las que se consume alcohol y dulces por encima de lo que lo hacemos normalmente el resto del año".
Lo cierto es que el verano nos pasa factura y "d
e media engordamos entre 5 y 8 kilos ya que nos relajamos en cuanto a lo que comemos y dejamos de lado el cuidado que a lo largo del año sí que tenemos.
En contra de lo que se pueda pensar, una mayoría de los que se ponen el propósito del adelgazamiento llegan a buen puerto, siempre que acudan a un médico profesional que les pueda guiar. "El paciente acaba mayoritariamente con su propósito en buen puerto. El secreto está en nuestro papel. Si el médico es capaz de hacer entender de manera clara la importancia de seguir sus recomendaciones y de explicar que no hay dietas milagro exprés, tiene garantizado un alto porcentaje de éxito para el paciente", sentencia el Dr. Blanco