Vivan los lunes melancólicos

Alguien dijo que la melancolía es un regalo temible y añadió que  ¿que ha de ser sino el telescopio de la verdad?. Mis lunes son días propicios para la bajada de biorritmos al sótano, mi serotonina hace huelga y  mis ritmos circadianos tienen mas grietas que la capa de ozono.

Allá donde voy mi presentismo es peor y más estéril que mi ausencia. Probablemente sea genético y no tenga nada que ver el estrés metereologico, la crisis de los 55 ni el sistema decimal métrico. No mejoran ni en mi tierra turolense y como todavía no ha aparecido en el  DSM-5  (la Biblia apócrifa de los psiquiatras americanos) no me puedo etiquetar de enfermo y tomarme la píldora del lunes. Ya no soy ignorante ni niego mis lunes apocalípticos.

Cultivo todo lo presunto, Me siento en paz cósmica no dejo que ni un átomo de felicidad la nuble. Aprovecho para cuestionarme activamente el presente y ensanchar mi cosmovisión. No existe coartada mas perfecta que el lunes melancólico .Afortunadamente solo dura 24 horas y me permite ir tirando toda la semana. No deseche ningún lunes de su vida .Viva mi icono transitorio de  melancolía . Que bien entiendo el martes tras el lunes. El lunes nuestro cerebro hace un reset reajustando  sus niveles de neurotrasmisores y recablea a destajo sus circuitos eléctricos. Me encantan los lunes porque me hacen sentirme más humano  y por lo tanto más vulnerable. Si el viernes nos euforizamos  y nos endorfinizamos es porque  hemos dado sentido a nuestro lunes. En fin el lunes es el pasaje imprescindible y necesario entre el domingo y el martes.

Es el día perfecto para utilizar cuñas y mantras de autoayuda. Yo utilizo esa de “estamos en derrota pero nunca en doma”.  Ecologice su lunes. Pongale su marca particular.  Cada vez  estimo mas mis lunes.