La ley agraria que impulsa el conseller
Biel Company desde el Consolat continua siendo elemento de fricción entre el Govern y el Consell de Mallorca. El punto más conflictivo es que la nueva normativa da notables facilidades
a los jóvenes agricultores (menores de treinta años) para que puedan tener muchas más posibilidades para construir en suelo rústico. El objetivo de esta norma es conseguir una potenciación del campo a partir de las facilidades que se puedan dar para incrementar las explotaciones agrícolas. La realidad es que en el Consell hay temor de que la institución quede desnaturalizada. En la práctica, medidas como ésta o como la de poder construir bodegas o similares en las fincas "arranca el grueso de las competencias urbanísticas de la institución".
La pugna de fondo es que por vía legislativa el Govern estría asumiendo las más importantes competencias del Consell de Mallorca, con lo cual la institución iría perdiendo sentido. Al final se trata de un debate interno dentro del PP ya que este partido gobierna ambas instituciones aunque, por jerarquía, es el Ejecutivo balear quien tiene la última palabra.