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Bauzá no quiere "Plan B"

martes 27 de mayo de 2014, 19:47h

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Al presidente Bauzá se le pueden discutir muchas cosas, pero jamás su sinceridad. Ni se esconde ni se camaleoniza, ni jamás se parapeta tras matices incomprensibles. Es un político de una pieza que habla claro. Este martes ha vuelto a mostrarse en estado puro: "O el PP gana por mayoría absoluta o iremos a la oposición", ha afirmado en el Parlament. Bauzá no quiere Plan B, no desea jugar a varias cartas por si acaso en la elecciones autonómicas del año que viene no alcanza los treinta diputados.

Tiene decidido que no se puede ir al electorado con segundas intenciones, con jugadas bajo la mesa. Es sincero. Sabe que las coaliciones de muchos partidos acaban por atascarse en plena acción de gobierno y que los votantes se lo pensarán muy mucho a la hora de depositar su papeleta a otro partido si las tácticas pactistas han quedado desterradas. Es evidente que su mensaje va dirigido al Pi de Jaume Font, al que ya le insinua que puede ir preparándose para pactar con la izquierda.

Se podrá discrepar con Bauzá, pero desde la seguridad de que muestra sus cartas: a la hora de las urnas, o todo o nada, o blanco o negro, pero nunca medias tintas. Matas no supo ni se atrevió a lanzar un mensaje tan transparente cuando era presidente. Apostó muy fuerte por la mayoría absoluta, pero el electorado no lo sabía.  No lo dejó claro antes de las elecciones. Finalmente no le bastaron los votos ni pudo pactar con nadie. Dejó el poder y la política. Pagó su ambigüedad.

Bauzá ha aprendido del pasado de su partido, plagado de arreglos y de desvíos meándricos según la conveniencia de cara coyuntura. A él, según su criterio y su óptica, le gusta decir al pan, pan y al vino, vino. Se le podrá criticar que siempre vaya en la misma línea, pero jamás de falta de franqueza, tanto ante compañeros como ante adversarios. Por eso rechaza tener planes de reserva en la recámara.

Esta estrategia obliga a mucho a su partido, acostumbrado a los compongos desde hace décadas. Pero al menos tienen la seguridad de que los electores sabrán a qué atenerse cuando llegue el momento. O Bauzá gobierna conforme a su programa, o se va a la oposición. Más diáfano, imposible.