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Reflexiona que algo queda

sábado 24 de mayo de 2014, 10:43h

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España reflexiona hoy ante las pantallas de la Champions pero si no hubiese finalísima madrileña de la Copa de Europa, si fuese un sábado normal, sin fiesta futbolística, tampoco habría mucho que reflexionar. Se espera una abstención enorme, excepto en la indignada Catalunya. Y no es para menos. Este país lleva años reflexionando sobre  la angustia del día a día, sobre la fragilidad de los puestos de trabajo, sobre las penurias de los empresarios para seguir adelante, sobre los recortes, la austeridad y la angustia de pagar las hipotecas.

Crece la sensación de que nadie le va a sacar las castañas del fuego a nadie excepto uno mismo. Es así de duro, pero así de claro. Se palpa una abstención de bandera, como en el resto de Europa. Los que vayan a votar marcarán tendencias políticas, es cierto. Y también darán aliento a los minoritarios, que subirán artificialmente porque su voto se agranda con una participación menor. Pero hoy mandarán los chuts de los delanteros y las paradas de los porteros en el césped lisboeta. La gente ya no confía como antes en citas supuestamente trascendentales que al final no resuelven sus problemas.

Como demócratas la obligación es llamar a todo el mundo a las urnas y a celebrar este domingo otra gran fiesta del sistema de libertades. Pero hay que entender que después de tanto padecimiento a causa de la crisis haya muchos que ya no crean en más fiesta que la del balón. Eso no es lo apropiado ni lo aconsejable.

Pero hay que ser condescendientes con los que hoy sábado dejarán de lado las reflexiones trascendentalistas sobre el futuro de Europa, Son conscientes de que el bacalao se corta entre Berlín y Bruselas, muy lejos de su limitado ámbito de influencia.

Es más, esta campaña electoral habría batido récords de aburrimiento si no hubiera sido por Cañete y su metedura de dos patas. Al menos han habido chistes, bromas y un pelín de alegría ácida. Incluso Cañete habrá hecho reflexionar a más de uno sobre si va o no va a votar. Ya es mucho. Tal vez con más seriedad ni le habrían escuchado.

Quedan aún años difíciles por delante. No se han acabado los recortes. La vida sigue siendo espinosa y árida para muchísimos. Pero hay que seguir adelante. Eso es lo más importante. Y tal vez votar este domingo aporte un hilillo de luz al yo colectivo. Quién sabe. Mientras tanto, reflexiona que algo queda. Y disfruta del partido. En ese mundo traidor ya no quedan más milagros visibles que las disparos a puerta de Cristiano o Arda Turan.