Los jugadores del Mallorca han dejado en ridículo a Utz Claassen y su prima por la permanencia, al aceptar la misma, pero anunciar que en lugar de quedársela para ellos, repartirán la cantidad entre los empleados del club que no son jugadores de fútbol y que a lo largo de este año en Segunda División, han visto reducidos sus sueldos e incluso sus puestos.
Igualmente es un toque dirigido hacia el aún presidente Biel Cerdà, que en las dos últimas ocasiones que ha tenido que aprobar el pago de las nóminas de los empleados, ha votado en contra de que así fuera.
Los jugadores entienden que no pueden percibir premios por conseguir que el equipo consiga permanecer en la Liga Adelante, cuando otra cosa que no sea por lo menos luchar por el ascenso a Primera se puede considerar un fracaso de temporada.