El informe del
Instituto Geográfico Nacional (IGN) sobre la actividad sísmica en el entorno del proyecto Castor concluye que existe una "relación directa" entre los 450 seísmos que se produjeron en septiembre de 2013 en el litoral de Castellón y la inyección de gas. Además, revela la existencia de una falla en la zona hasta ahora no identificada.
Esta inyección de gas, añade, habría "acelerado el proceso sismotectónico con acumulación de esfuerzos".