Mazazo a la Feria de Abril

Cort ha dado un mazazo durísimo a la celebración de la Feria de Abril al dejar desierto de forma definitiva el concurso para su celebración este año en el recinto habitual de Son Russinyol. No podía ser de otra manera. Esta Feria había caído casi en la degradación en los últimos años. Se había convertido en una pseudodiscoteca baratera y en un botellón incontrolable, molestando al sector del ocio nocturno estable y enraizado y sin aportar nada a la calidad de la oferta palmesana.

Todo lo contrario. Incluso la legítima defensa de las manifestaciones y valores culturales andaluces no salían nada reforzados con esta degradación de la Feria.  El show de Son Rossinyol no tenia sentido, por contraproducente y por mal desarrollado. Es necesario redimensionar la Feria, reducirla para dignificarla y reintegrarle todo el encanto que había perdido. Al fin y al cabo, se trata de enaltecer a las Casas Regionales andaluzas, no de restarles prestigio. Si no se actua con la debida inteligencia, la desaparición de lo que un día fue un acontecimiento muy a tener en cuenta puede quedar en nada.  Es preciso reaccionar y aportar iniciativas novedosas, atractivas y, sobre todo, serias.

Con buena voluntad será posible llegar a un nuevo acuerdo entre Cort y estas Casas Regionales mucho más adaptado a la realidad de los nuevos tiempos. Con buena voluntad no habrá perjudicados. Los perjuicios son fruto de las cosas enfocadas y mal hechas, como ha pasado con la Feria en los últimos tiempos. Son Rossinyol no ha de convertirse nunca más en un botellódromo primaveral. No tiene sentido porque no beneficia a nadie. Es lógico que Cort se oponga a iniciativas que prácticamente nada aportan a la ciudad. Los caminos fáciles a menudo se convierten en callejones sin salida. Con seriedad y profesionalidad se puede ir mucho más lejos.