www.mallorcadiario.com

Salom no quiere mutilaciones

jueves 27 de marzo de 2014, 20:06h

Escucha la noticia

La presidenta del Consell, Maria Salom, ha sido muy contundente en el debate de política general al afirmar que la desaparición de esta institución supondría una mutilación de la democracia. Salom se encuentra en una situación difícil. El presidente Bauzá, que ha hecho mucho para reducir el déficit balear, convencido que esta es una de las mejores recetas para superar la crisis, ha llegado a afirmar que habría que reducir el Consell de Mallorca  a la mínima expresión.

Aunque pertenezcan al mismo partido, Salom estaba obligada a responder a Bauzá. Y lo ha hecho con luz y taquígrafos en la ocasión más solemne que se le ha presentado buscando que sus palabras tuviesen la máxima divulgación posible. Salom ha llevado la austeridad al Consell buscando gastar lo mínimo posible pero manteniendo el prestigio y la gran función social de la institución. Es su deber actuar así.

El Consell  ha sido desde la recuperación de la democracia una institución básica y fundamental para el desarrollo de Mallorca. Anteriores presidentes han prestigiado y enaltecido esta institución hasta hacerla muy querida por la población. Salom, ni por convicción ni por talante personal, puede permitir que el Consell vaya quedando reducido a ser el patito feo de la estructura autonómica de las Islas. Además,si eso pasase sería peligroso y contraproducente.

No hay que olvidar lo esencial: las Balears son un Archipiélago con una isla (Mallorca) mucho más grande en demografía y territorio que el resto. Puede resultar chocante que la balear mayor tenga dos gobiernos. ¿Pero qué pasaría si desapareciese su Consell y todas sus funciones quedasen asumidas por el Govern balear?  Pasaría que el resto de islas ya no verían al Consolat como el Ejecutivo del Archipiélago, sino exclusivamente de Mallorca, con muchas más competencias que el resto. Cada gobierno insular sentiría deseos de tirar por su lado desmarcándose del cada vez más aparente centralismo mallorquín. Eso es muy peligroso a la hora de vertebrar con coherencia una comunidad-archipiélago. La existencia del Consell de Mallorca equilibra las relaciones institucionales entre cada isla en plano de igualdad y, por tanto, el Govern Balear puede actuar como ente situado por encima de todos sin estar demasiado enraizado en una isla concreta, extremo que sí pasaría si tuviera que destinar buena parte de sus esfuerzos a resolver todos los problemas de Mallorca, que alberga al 80% de la población balear.

El Consell de Mallorca es imprescindible y es sostén democrático descentralizado, no un gasto superfluo. Se adapta a la austeridad como todos, pero desde la convicción de que es columna del sistema y no un prescindible aditamento. Salom lo sabe y reclama el protagonismo y el peso que le corresponde en la compleja arquitectura institucional balear. El Consolat debe escucharla y respetarla.

Su sola presencia, con o sin recursos, le ahorra muchos problemas al Govern porque le permite elevarse sobre los intereses locales de cada isla y de sus lógicas aspiraciones de que haya más asunción de competencias y más capacidad de autogobierno en cada territorio insular concreto.