Unas primarias inciertas

La pugna por quien será la candidata socialista a la presidencia del Govern ha entrado en fase incierta. La misma cúpula socialista reconoce un empate técnico entre ambas contrincantes. Queda muy poco tiempo para que finalice el período de inscripción en esta novedosa fórmula de las primarias abiertas. En todo caso el que cabe esperar es que la vencedora de este pulso sea integradora. Es un proceso interno, no una guerra cainita. Calvo v a por todas y ha actuado a toda máquina. No debería olvidar, caso de que gane, que es imposible recoger frutos sobre la tierra quemada, sobre todo cuando se ha predicado renovación con tanta insistencia. Armengol ha sido más comedida. Es la secretaria general, tiene más perspectiva de equilibrio y sabe que después deberá contar con todo el mundo si aspira a ganar las elecciones autonómicas del año que viene.

La palabra final la tendrán todos los afiliados e inscritos el próximo día 6. Lo peor que les podría pasar a los socialistas es que de este proceso saliese un partido lleno de heridas. Si eso se produjese, el gran vencedor sería el PP. Caso de ganar Calvo, ¿cómo sería posible mantener una oposición en el Parlament por parte de los socialistas sabiendo sus adversarios dejarán de formar parte de las listas electorales al cabo de pocos meses?  Corresponde a la propia Calvo resolverlo, siempre dentro de la generosidad. Lo mismo puede decirse de Armengol, si vence, respecto a la alcaldía de Palma.

Lo seguro es que el PSIB precisará mucho equilibrio y serenidad a partir del próximo 6 de abril. Necesitará articular un proyecto de cambio para Balears que convenza al electorado. Tendrán un año por delante, pero si lo hacen divididos o peleados será complejísimo que convenzan al número de votantes suficientes para conseguir que gire la tortilla.

Al menos, esta última semana de la campaña interna se ha distinguido por la moderación y mucho más tacto que en los prolegómenos. Desde la perspectiva de las bases socialistas, ya es mucho.