El viaje regionalista de Bauzá
miércoles 26 de febrero de 2014, 18:43h
Encuestas mandan. Y la presión de la calle. Y no hablemos de los desprecios de Madrid cuando se trata de financiación autonómica. La bondad y el servilismo no sirven de nada ante los juegos de manos de los trileros. José Ramón Bauzá no ha iniciado el viaje al regionalismo por convicción. Lo ha hecho por necesidad. Y en política sólo lo necesario es real y sólo lo real es necesario. De quimeras, prejuicios y voluntarismos ni se vive el presente ni se gana el futuro. Postrado a las imposiciones madrileñas, Bauzá iba de cabeza hacia la pérdida de la mayoría absoluta. Y ya se sabe qué le suele pasar al PP cuando no alcanza el listón de los treinta diputados. Todos se unen para mandarlo cuatro años a galeras. Se están dando las condiciones objetivas para que eso pueda pasar el año que viene. A poco que los regionalistas centristas del Pi obtengan representación parlamentaria, Bauzá lo tendrá más crudo que Manolete en Linares.
Sin embargo, el president ha reccionado. Apela a lo nostro, un comcepto que tiene un altísimo calado en una sociedad golpeada por la crisis donde la clase media está haciendo aguas y donde el nivel de vida ha bajado de manera alarmante en los últimos años. El regionalismo es mucho más que una óptica política inteligente en una comunidad isleña, cosida a impuestos y que padece un humillante déficit fiscal. El regionalismo es un canto a la esperanza, es marcarse objetivos que aúnan al conjunto de la sociedad. Seguro que dirigentes que rodean a Bauzá le han hecho ver que este es el único camino posible. Los Miquel Vidal, Biel Matas, Biel Company y tantos otros, entre ellos no pocos alcaldes de la Part Forana, le han hecho abrir los ojos. De Madrid no se saca una perra gorda sin firmeza. Y en Balears una buena parte del electorado pepero no se motiva sin esta firmeza.
La pena es que se haya radicalizado tanto el enfrentamiento con los docentes y otros sectores, cuando desde el diálogo y la comprensión, el tacto y la habilidad negociadora, habría conseguido mucho más con un coste político notablemente menor. En época de depresión no hay mejor medicina que predicar unidad y agarrar la sartén por el lado que menos quema.
Ahora, por fin, Bauzá lo ha visto. Ha asumido que gobernar es eliminar, aparcar o mitigar problemas. No crearlos. Cuando se enfada suele decir a sus oponentes: "¡Preséntense a las elecciones!". Es un error razonar así. Eso es regalar músculo al adversario. El centrismo regionalista se distingue porque intenta arreglar pleitos a diestro y siniestro. Vence cuando aparentemente transige. Esta es su fuerza: hacer de la necesidad virtud.
El president comienza a tocar con los pies el suelo. Desde el ámbito de la derecha culta, gobermar es hacer un doctorado en pragmatismo. Jamás embobarse ante pompas metafísicas de catecismo reaccionario que hacen perder muchos más votos de los que aportan, que nunca despejan el horizonte ni garantizan el futuro.
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Últimos comentarios de los lectores (2)
20118 | Bernat - 27/02/2014 @ 21:53:08 (GMT+1)
¿"Derecha culta" me ha parecido leer? ¿En Mallorca? Estáis de guasa, ¿no?... salut !!!
20116 | Juan - 27/02/2014 @ 20:08:25 (GMT+1)
Anda¡ si sabe escribir otra cosa a parte de "Aina Calvo está a favor del TIL"....