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Hablaré de la Princesa

Por Ferran Martínez
martes 15 de octubre de 2013, 07:25h

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Les aseguro que escribir sobre las cosas que están pasando o intuir las que pueden estar a punto de pasar es algo difícil de calcular, por diferentes y variados motivos. Me explico: por una parte, escribir sobre lo que ocurre estos días en nuestra sociedad -como ya lo están haciendo plumas mucho más preclaras, autorizadas y de todos los colores que las de un servidor, comprenderán que no es cuestión de enmendar la plana a nadie, ni siquiera opinar sobre muchas opiniones que se esparcen por los medios, algunas muy buenas y objetivas y otras no tanto. Me refiero a las que se vierten sin ton ni son y las van diseminando, cual detritus, ciertos meapilas, pelotas, palmeros  sinvergüenzas y demás fauna. Y no hay pocos pero hay algunos. Por otra parte, escribir una opinión sobre lo que puede ocurrir o lo que previsiblemente pueda acontecer mañana o pasado, o el mes que viene, es mucho más difícil, porque cantar bingo antes de que gire el bombo es más bien cosa de profetas y a los auténticos, los van silenciando a casi todos. Sólo quedan chamanes en la tribu.

Por otra parte, no me considero adivino, mas bien “moix escaldat” que huye de comentar ciertas cosas que, a lo único que conducen, es a malentendidos y al final del comentario te encuentras que has hecho más amigos que los que tenías cuando empezaste el comentario. Además, la pobre experiencia que almaceno en estos momentos de mi vida, apenas me da  trecho suficiente para  iniciar aventuras y mucho menos adivinatorias. Por ejemplo, adivinar -en un futuro a largo plazo- cómo acabará lo del TIL. Si  los comensales comerán los turrones en la mesa o si serán ya las empanadas en la Romeria de la “Segona Festa de Pasco”, si es que existe la Segunda Fiesta. Como ven, no tengo nada de adivino ni me parezco en nada a Rappel, así que por este costado no me entra.

Probemos pues a comentar sobre la cruda realidad del día a día. En estos asuntos también me ocurren cosas. O me quedo corto o me paso tres pueblos o ya han pasado otros. Verán,cuando intento ordenar mis neuronas para comentar sobre un tema concreto de la semana, por regla general, alguien ya se me ha adelantado. Quería hablar sobre los Actos, parlamentos las medallas y el medallero de la Fiesta de la Patrona de la Guardia Civil. Pues llego tarde. Los compañeros ya han contado los pormenores y por mayores de la Fiesta en la Almudaina. Que si el Coronel Basilio se nos va, que como cada año se impusieron “merecidas Medallas", que en los parlamentos se dijo que las infracciones penales bajan, que se abrieron 3.529 expedientes por tenencia ilícita de droga...

De todas formas yo me propuse ampliar más la crónica con mi opinión. Yo quería haber comentado sobre el estado de salud de la Paca y sus muchachos del Kabul así como de los jueces, que con sus sentencias hacen fosfatina el trabajo de los agentes de la EDOA de la Guardia Civil. Y así una serie de cosas más del Benemérito Cuerpo y de otras corporaciones, cortijos, casos y cosas buenas y no tan buenas. No me dejó. La Pilaríca, se me apareció en sueños y me dijo ”Hijo mío, déjalo”. "Sí Virgencita". Y lo dejé . Así que en esas estamos, no puedo seguir con este tema. Será otro año.

Ya sé. Hablaré de la Princesa y de lo guapa y estirada que iba el Día de La Fiesta Nacional. Cuando me disponía a desarrollar mi bello comentario en plan corasón, corasón y opinar que Doña Leticia tiene como una arruguita -que pasa desapercibida para la mayoría de los súbditos mortales pero que con el tiempo no pasará desapercibida (ni siquiera para el doctor bacterio)-  ¡Tararíii! El toque del corneta Real me ordena parar. Y a parar tocan.

Hablaremos de la imputación -o no- de la Infanta, que como no está ni se la espera, pues será un comentario light, (como si fuéramos a hablar de Heidi o de su amigo Marco). Pues vale, vayamos a opinar sobre el Caso Nóos y la imputación de la Infanta sobre la que el Fiscal General del Estado, Eduardo Torrres-Dulce dijo: “Hasta este momento no existe un elemento en la causa del caso Nóos que permita imputar a la Infanta.” Cuando quise expresar aquí mi opinión y decir, entre otras cosas, que dudo mucho Señor Fiscal que la Infanta llegue a ser imputada -porque no existe elemento alguno (el único elemento es “Él” y ella lo sabe y el elemento no está aquí, está tomándose un gintónic en los Alpes Suizos, supongo) - en un momento dado oigo una voz “¿Por qué no te callas?" Me paro. Decido no seguir complicándome y me coloco  una “Ginebra” entre pecho y espalda. Así ,como un duque, sin salir de Palma y con la moral un poco baja y a otra cosa mariposa.

Dando vueltas a la cabeza salta otra chispa -¡plim!: "Los salarios no están bajando en España, sino moderando su crecimiento”. No lo digo yo, lo dijo Montoro hace unos días. Casi me caigo de la silla del ataque de risa que me dio. Así que no pude seguir escribiendo sobre este tema, ni ningún otro. Me estaba descojonando de risa. Recuerdo que no hace muchos años, algo parecido me ocurrió, cuando aquella ministra socialista, la Señora Salgado, creo recordar, dijo que veía brotes verdes. Como no dijo dónde, aún los estoy buscando.

De continuar así las cosas, no sé si lo resistiré. Creo que deberé seguir un tratamiento adecuado, una vacuna, injerir alguna pócima o lo que sea preciso, con el fin de combatir este ataque de risa que me provocan ciertos sabios de la clase política cuando hablan de las cosas de comer. He llamado a la farmacia y me dicen que no hay vacunas para tontos como yo. Es que cuando llamé al farmacéutico seguía descojonándome. Voy a intentarlo con un remedio casero: algo dulce. ¡Pardiez! Panrico nos deja sin “Donuts”. ¿Y yo que hago sin Donuts y sin cartera ?
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