El concurso que el Govern de les Illes Balears ha sacado para la gestión y explotación del
segundo casino de Mallorca, y al que se han presentado tres ofertas, parece ser un sospechoso
traje a medida para una de ellas, concretamente para el proyecto de la
Platja de Palma. Todo apunta a un evidente deseo institucional de otorgar la concesión a la opción que apuesta por esta ubicación. Primero convocaron el concurso beneficiando zonas maduras inexistentes en aquel momento en Baleres según la normativa vigente y bastante tiempo después declararon la Platja de Palma como única zona madura del Archipiélago.
Visto el calendario de las diferentes actuaciones, se puede observar que el concurso preveía valorar una ubicación de los proyectos que no existía, pero que apareció en escena 33 días después de cerrarse el plazo de entrega de ofertas, sólo 20 días antes de abrirse las ofertas presentadas, y 6 meses después de que se publicasen las bases del concurso. En un repaso del calendario de publicación de los aspectos que afectan al concurso, se pueden observar varios puntos clave cuando menos sospechosos, que desprenden un intenso aroma a algo muy parecido a las cartas marcadas.
En
julio de 2012 se publica en el BOIB la "Ley 8/2012, de 19 de julio del turismo de las Illes Balears" en el que establece, entre otros muchos puntos, qué requisitos y quien tiene potestad para que se declare una zona turística como saturada o madura. En este caso, será el
Consell de cada isla, que mediante acuerdo de Pleno otorgará esta categoría a las zonas que la institución crea o que les hayan solicitado los mismos municipios afectados.
El siguiente eslabón relacionado con el concurso se da cuando el Boletín Oficial de les Illes Balears, publicó el "
concurso público para el otorgamiento de la autorización de la instalación y explotación de un casino de juego en Mallorca", el pasado día 29 de diciembre de 2012 (Sec. III - Pág. 16178) a partir del que las empresas que quisieran presentarse lo podían hacer cumplimentando los diferentes requisitos establecidos en la redacción del mismo.
El Anexo II incluye los criterios de valoración. El primero de ellos, y con un valor máximo de 20 puntos sobre los 100 de los que consta el concurso, explica:
Interés del proyecto como oferta complementaria de carácter turístico. De acuerdo con la ubicación del proyecto, se valorará hasta un máximo de:
-
20 puntos en zona turística madura-15 puntos en zona turística consolidada
- 5 puntos en zona turística incipiente
Una valoración que se ajusta a criterios del concurso de forma totalmente objetiva, aunque con el hecho destacado de que
en esos momentos no había ninguna zona en Baleares declarada zona turística madura, por lo que se entiende que los 20 puntos no podrían haber ido hacia ningún potencial aspirante. Cabe tener en cuenta que
el plazo para entregar las ofertas al concurso acaba el pasado día 29 de abril de 2013.No es hasta el día
7 de junio de 2013, cuando el
Consell de Govern aprueba el Decreto Ley 1/2013 de medidas urgentes de carácter turístico y de impulso de las zonas turísticas maduras (publicado el 8 de junio en el BOIB) y que
el Parlament aprueba y refrenda el 2 de julio de 2013.En declaraciones de
Lourdes Bosch, portavoz de turismo del PP, en rueda de prensa previa a su validación en la cámara balear, dijo que "
el Decreto Ley que mañana se debatirá en el Parlament, convierte Platja de Palma en la primera zona declarada zona turística madura de Balears".
DISTANCIA A NÚCLEOS DE POBLACIÓN RESIDENTEOtro de los aspectos curiosos de los criterios de valoración, es que se tendrá en cuenta la distancia de los proyectos con núcleos de población residente, "
valorándose en mayor medida cuanta menos población censada se encuentre en la proximidad del casino". Un criterio del todo ajustable en el concurso, pero que casualmente va
contra todas las tendencias en Europa y en España, cuando los casinos se están trasladando de las afueras a los centros de las ciudades como ha pasado recientemente en Madrid, Barcelona o Valencia entre otros. Y curiosamente como
ya pasó con el actual casino de Mallorca, que abandonó la zona de Sol de Mallorca para instalarse en Porto Pi a la búsqueda de un mayor número de clientes.