La diputada expodemita se ha echado una cabezadita en los pasillos del Parlament. La intensa actividad de la cámara balear pasa factura: entre comisiones, plenos, tomas y dacas con sus excompañeros de Podem, y discursos ajenos, a Seijas se le ha ido el santo al cielo.
Es lo que pasa cuando montan un atril en la sala de los Pasos Perdidos del Parlament para que los portavoces suelten su rollo y a Seijas le entra el sueño. Por lo visto los pasos no son lo único que se pierden en dicha sala.
El ojo de la cámara de El Infiltrado, implacable con la realidad, ha sorprendido a Seijas en brazos de Morfeo en una estampa que bien podría pasar por uno de los cuadros de las majas de Goya. En su defensa diremos que tanto ella como Xelo Huertas pidieron tener un despacho y no se les concedió, por lo que la pobre se va quedando dormida por los pasillos. Su señoría no puede descansar en la intimidad.