Edi C. Saborit

Monstruos debajo de la cama

El cine de terror es uno de los géneros más maltratados por el mainstream hollywoodiense. Así como uno puede echarse unas risas tontas con los amigos con cualquier comedia de medio pelo y puede satisfacer sus demandas de testosterona con la mayoría de las películas palomiteras de acción, el género de terror es un mundo muy diferente. Partimos de la base de que el desafío de este tipo de obras consiste en saber qué botones pulsar para despertar un sentimiento genuino de horror en el espectador, siendo éste plenamente consciente de que lo que ve no es más que una ilusión incapaz de hacerle daño - al menos físicamente -.

Hollywood lleva décadas usando esa premisa de manera errónea, educando al público para entender el cine de terror de manera incorrecta. Los que paseen a menudo por delante de las carteleras sabrán a lo que me refiero. El título es algo del estilo de "El exorcismo de X" o "La posesión de Y". El cartel debe ser lo más genérico posible, dejando bien claro el subgénero al que apelamos: monstruos, slashers, zombies, posesiones demoníacas, muñecos asesinos, lo que sea. Una vez en la sala, la película tiende a comportarse como un amante primerizo; incapaz de disfrutar del trayecto y ansioso por llegar al clímax. Los jump scares son el recurso más barato y por desgracia el más popularizado. Combinar una imagen desagradable con un sonido estridente e inesperado. BOOM. El público salta sobre sus butacas, asustado. Acaba de liberar la tensión que apenas llevaba unos minutos acumulando, debido al nulo interés de la película por construir un discurso consistente. Por convencer.

Las películas que verdaderamente destacan en el género de terror, son las que huyen de estos trucos. The Babadook (Jennifer Kent, 2014) es una de ellas. Una historia pequeña que crea una atmósfera terriblemente asfixiante desde el primer momento. No es de extrañar que la cinta de Kent pasara desapercibida el año pasado. Muchas personas debieron de verla guiados por un tráiler engañoso, seguros de estar viendo una película de monstruos corriente. "¡Pero si no se ha visto el monstruo en toda la peli!", protestaría más de uno a la salida. A ellos les digo: quedaos en casa viendo Saw. 

The Babadook es la historia de una madre soltera tratando de educar a su hijo de 6 años después de la violenta y repentina muerte de su marido. Es la historia de una familia luchando contra la depresión, la ansiedad y el duelo. Al verla me sentí como un niño con vértigo en una noria, ¡quiero bajar! ¡quiero bajar! Kent maneja con soltura la paranoia, la autosugestión, el miedo a uno mismo y a la propia mente; y lo hace todo confiando en la imaginación y en la inteligencia de su público. ¿Qué o quién es Mr. Babadook? Criatura física o metáfora psicológica, ¿quizás ambas? Sin sustos baratos e innecesarios. Futuro filme de culto. Muy recomendable para los que hayan perdido la fe en el género.

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