www.mallorcadiario.com

Mirar por el retrovisor

sábado 26 de octubre de 2019, 12:03h

Escucha la noticia

La sociedad está evolucionando a gran velocidad. El cambio es tangible en todos los ámbitos. De hecho, está en plena revisión la forma la forma de organizarse y relacionarse. El propio sistema productivo no es una excepción.

La sociedad del siglo XXI es muy distinta a la de la primera mitad del siglo XX. Sin embargo no podemos renunciar a los logros conseguidos con el desarrollo del estado del bienestar. Desde esta nueva realidad, para mantener lo bueno del presente y abrirnos al futuro con solvencia, deberemos reorientar la funcionalidad de las herramientas utilizadas hasta ahora, –técnicas, políticas y culturales- e introducir otras, con nuevas potencialidades, que lo hagan posible.

Por un lado, se está invirtiendo la curva demográfica. Los mayores residentes de 65 años ya son el 20%. Casi dos millones más que los menores de 15 años. A nadie se le escapa que hay que mirar hacia adelante para consensuar una reforma del actual sistema de pensiones que garantice desde la equidad, su equilibrio y su viabilidad. No todos lo quieren reconocer. La negación en sí misma no soluciona el problema.

Por otro, el sistema productivo y el mercado laboral han salido debilitados de la crisis de 2008. Los sueldos son bajos y el grado de competitividad y exigencia de las empresas tiene que ser muy alto para sobrevivir.

A los motores esenciales de la competitividad y el crecimiento como son las infraestructuras, la asistencia sanitaria, la educación y los mercados, deberemos añadirle una apuesta firme por la tecnología, la sofisticación y la innovación. El propio empleo se asentará en nuevas profesiones, en la especialización y en las ciencias aplicadas.

Si observamos la realidad con objetividad y perspectiva, vemos que, en nuestro caso nos hemos instalado en la interinidad y el revisionismo. La lucha de clases ha virado hacia la lucha de territorios y a la hegemonía indisimulada de los intereses particulares de los máximos representantes de las formaciones políticas. Y en ellas gastamos nuestras escuálidas energías.

Priorizamos la utilización del poder para reescribir la historia, para imponer las obsesiones de determinados lideres objetivamente desequilibrados y en el impulso de la violencia y la deslegitimación de las normas de estado.

No es por casualidad que Darwin, el 24 de noviembre de 1859, cuando publicó el origen de las especies, afirmó que “Las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”. Como tampoco es una eventualidad que el contradecir y rebatir la teoría bíblica de la creación, con la evolución de las especies, le impide descansar en una tumba de la abadía de Westminster, en Londres.

Mientras deberíamos estar esforzándonos en tejer el futuro con amplitud de miras, apostando por la cooperación y apoyándonos en la creatividad y la sostenibilidad, algunos siguen mirando hacia atrás priorizando el volver a escribir la historia, dar supremacía a su relato frente al de los demás, sacar a los muertos de las tumbas y a empobrecernos a marchas forzadas

Cuando deberíamos mirar al futuro y comprometernos con sus avances para alcanzarlo, algunos siguen empeñados en dirigirnos mirando, exclusivamente, hacia atrás y observando exclusivamente lo que les interesa. Siguen empeñados en avanzar solo mirando por el retrovisor. Así nos va.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios