Amsterdam albergaba la gala anual de los
Europe Music Awards de la MTV, con 15.000 asistentes en directo.
Entonces llegó Miley. Imitando una escena de «Encuentros en la tercera fase», descendiendo de una nave espacial desde el techo del recinto,
la ex Montana interpretó «We can't stop» de una manera sorprendendentemente poco efectista, casi incluso sosa, vestida de látex color metálico y acompañada por una bailarina enana embutida en cuero negro.
Katy Perry sí dio una
gran golpe de efecto con su puesta en escena, elevándose unos cuatro metros sobre el suelo mediante cuerdas invisibles dando un enorme extra al aspecto visual de«Unconditionally».
Uno de los premios más importantes de esta cita es el de «Mejor Hip Hop», la música que arrasa en casi todas las listas internacionales. Y fue a parar a Eminem, que también se llevó el galardón de «Icono Global».
30 Seconds to Mars recibieron el premio a «Mejor Grupo Alternativo», Katy Perry el de «Mejor Cantante Femenina» y Justin Bieber «Mejor Artista Masculino» (el chaval canadiense no acudió y agradeció a través de vídeo), antes de que Cyrus volviese a ofrecer otra actuación, más emotiva aunque igualmente estática, esta vez con «Wrecking Ball». Y cuando parecía que la noticia era que Miley Cyrus parecía creer que ya ha dado la nota lo suficiente, se produjo el bombazo de esta edición. Cuando vio a Eminem liarla bien gorda al recoger uno de sus premios diciendo a las cámaras «Amo la metanfetamina» (quizá un pequeño homenaje al
actor de «Breaking Bad» que andaba por allí), decidió ir un paso más y dio la imagen de la noche,
al encenderse un porro recogiendo el suyo (al Mejor Vídeo, por «Wrecking Ball»). Y definitivamente superó al rapero. Que Miley sólo hay una.