El proceso de primarias en el PSIB se desarrolla con gran intensidad.
Joan Mesquida se entrevistó el pasado jueves en el
Edificio Asima de Son Castelló con
Ramón Torres, factótum de la Agrupación Socialista de Ponent de Palma, y le pidió su apoyo para presentarse como aspirante a la presidencia del Govern.
Mesquida
necesita 240 avales de afiliados para poder ser proclamado candidato. Torres
maneja 180 . El problema para Mesquida es que Ramón Torres ya se ha
comprometido públicamente con la candidatura de
Aina Calvo, y así se lo hizo saber al ex-secretario de Estado. A pesar de esta "rotunda" negativa, Mesquida y Torres mantienen una relación política y personal
muy estrecha que viene de muy lejos. Por su parte, Aina Calvo se ha tomado muy mal el paso adelante de Mesquida, ya que
dispersa el voto crítico.A principios de los años noventa Joan Mesquida era el
secretario de organización del PSIB cuando el secretario general era
Joan March, ambos de la corriente Socialisme i Autonomia (fueron los que
rebautizaron el PSOE como PSIB). En aquel contexto, fue Mesquida quien propició el ascenso de Torres como secretario general de la poderosa Agrupación Socialista de Ponent, aupando su carrera política. El desplazado en aquella época fue el histórico
Alcover Cifre, hombre de
Ramón Aguiló.
Al encuentro Mesquida-Torres también asistió el socialista palmesano
Miquel Morata, mano derecha de Mesquida, del cual ha sido
jefe de gabinete en diferentes instituciones. La reunión se celebró "en la octava o novena planta" del edificio, donde hay
oficinas hoteleras. Como se sabe, Mesquida tiene relación con este sector por cuestión familiar. Curiosamente, Torres, antes de dedicarse a la política, comenzó su vida profesional como empleado del hotel Saratoga de Palma cuando llegó procedente de Andalucía en 1973.
El anuncio de la candidatura de Mesquida ha caído muy bien en las filas oficialistas que encabeza
Francina Armengol, ya que desorienta los segmentos críticos. Además, Armengol siempre ha tenido una especial simpatía por Mesquida.
Por contra, el movimiento del ex secretario de Estado de la Policía y la Guardia Civil ha sentado
como un tiro a Aina Calvo, que ya habla en privado de "maniobras extrañas". Calvo mantiene el apoyo de Torres, pero tiene problemas en la Agrupación Socialista de Llevant de Palma, donde habría causado disgusto su decisión de mantener el TIL. Algunas fuentes aseguran que Calvo
"mascaba tornillos" cuando se enteró de la decisión de Mesquida.
No obstante, la exalcaldesa continúa adelante y busca apoyos en la Part Forana. Se comenta que ha obtenido un cierto respaldo por parte de un
grupúsculo crítico de Lloseta que encabeza
Pepi González, no demasiado preocupada por el "desaguisado lingüístico" que ha potenciado
Bauzá y que tan mínimamente ha criticado Calvo.