A uno le empezó a interesar la política, viendo aquellos programas de la Clave de Jose Luis Balbín, era muy joven y se me escapaban muchas cosas, pero sabía que estaba viendo algo de calidad, periodismo en estado puro. Más adelante me interesé por personajes como Carl Bernstein y Bob Woordward, me parecía increíble que por su investigación y artículos cayera todo un Presidente de los Estados Unidos como Richard Nixon. Incluso me fui más atrás en el tiempo para estudiar a personajes como Robert Capa, corresponsal de guerra en nuestro conflicto civil de 1936, en la Segunda Guerra Mundial o en Indochina, muerto pisando una mina cubriendo este último conflicto.
En España, he seguido a periodistas y escritores desde Emilia Pardo Bazán autora de “Los Pazos de Ulloa”, a las más recientes en el tiempo como Pilar Urbano. He esperado todo un telediario, para ver la crónica de un corresponsal como era Jesús Hermida desde Nueva York, o viendo a Arturo Perez Reverte contando lo que pasaba en los Balcanes jugándose literalmente el tipo, me quedé fascinado viendo telediarios de autor como los que hacía Jose María Carrascal, por cierto que en este ámbito de la televisión con toque personal no de bustos parlantes, no puedo dejar de citar a uno de los nuestros, el maestro Biel Ramis con su Avui Noticias de Canal 4, todo un referente del buen periodismo de nuestras Islas.
Pero algo ha pasado en estos años y sobre todo con la llegada de la pandemia, estamos asistiendo al bochorno de los pseudo-periodistas que no ocultan su ideología y machacan cual político al uso al adversario ideológico, telediarios en dónde a veces se hace difícil discernir entre la información y la burda manipulación, programas de desinformación y confusión en dónde algunos tertulianos parecen centuriones de los partido políticos, esto nos hace como sociedad más débiles, ya que dudar de aquellos que manejan y trasmiten la información por su contaminación política o de otro orden es lamentable.
Los hay que directamente se han puesto de perfil, no sea cosa que no les llegue la subvención de turno, apenas nos queda un Vicente Valles en la televisión Nacional o un Iker Jiménez, quien nos lo iba a decir de este último, que se iba a convertir en un referente o por lo menos una voz discrepante y con ganas de preguntar y no conformarse con la versión oficial de todo lo que nos está pasando, trayendo a personajes de primerísimo nivel en materia de ciencia, salud, geopolítica o economía.
Sabíamos desde hace mucho tiempo que los Gobiernos manipulan o por lo menos lo intentan, unos más que otros desde luego, pero el Periodismo desde su atalaya de principios, ética y compromiso era o había sido otra cosa.
El Cuarto Poder, sigue siendo muy poderoso valga la redundancia, pero cada día goza de menos credibilidad, ojalá se inicie un camino de retorno y no se tome el camino de “la nueva normalidad” porque la única normalidad en el periodismo, es contar la verdad, aunque duela a los poderosos, porque los ciudadanos se lo vamos a agradecer.
Por supuesto doy las gracias a Mallorcadiario.com por dejarme trabajar sin ninguna clase de interferencia durante ya más de 450 artículos publicados por este medio, porque ese es el pacto, con los periodistas, tertulianos o articulistas, dejarnos trabajar para ustedes.