Profundizando en el informe elaborado por Meliá cabe destacar que el Ebitda totaliza la cantidad de 430,8 millones de euros, un 243,2 por ciento más que en 2021. Al mismo tiempo, la empresa generó una caja operativa por importe de 76 millones de euros y redujo su deuda neta financiera a 180,2 millones, viendo cómo la liquidez remontaba hasta rozar los 380 millones y conservando el tipo medio de interés anual en 3,13 por ciento.
Por otra parte, el grupo ha obtenido un incremento del RevPAR del 5,4 por ciento en comparación a 2019. Esto ha sido posible gracias a la mejora de la tarifa media (+21 por ciento), a pesar de que la ocupación media todavía se mantuvo un -12,9 por ciento por debajo del año anterior a la crisis sanitaria.
RECUPERACIÓN DE LA ACTIVIDAD TURÍSTICA
El CEO de Meliá, Gabriel Escarrer, ha valorado positivamente estas cifras, y ha señalado que el pasado ejercicio fue “atípico, ya que tras un primer trimestre con gran afectación de la variante ómicron, la actividad turística experimentó una acelerada recuperación en ‘uve’ que ha permitido igualar los niveles de ingresos previos a la pandemia”.
La razón de ello, según Escarrer, ha tenido que ver con la evolución de la demanda en un escenario caracterizado por “el deseo de viajar” acumulado durante el periodo de restricciones. Esta circunstancia, en su opinión, “favoreció la actividad y atenuó el impacto de la inflación”.
CONFIANZA DEL MERCADO
Con vistas al futuro inmediato, el CEO de Meliá ha subrayado “la confianza del mercado” como principal factor para insuflar “optimismo”. A este respecto, ha remarcado el incremento de las reservas diarias a través de los canales propios de la compañía, alcanzando “niveles de doble dígito alto” en relación a las mismas fechas de 2019.
Además, Escarrer ha hecho referencia al ”esperado retorno de las reservas anticipadas”.
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