El Consell de Mallorca continúa apostando por el turismo local. Hasta 27 ayuntamientos han recibido fondos de manera directa, además de los 14 municipios que integran la Mancomunitat del Pla, que ha sido beneficiaria de una ayuda de 140.000 euros. Las subvenciones para el resto de municipios han oscilado entre los 10.000 y los 18.000 euros, según ha detallado el Consell.
MODERNIZACIÓN E INNOVACIÓN
Las ayudas están orientadas a la renovación de servicios turísticos municipales, con especial atención a la accesibilidad universal, la modernización tecnológica y la innovación en la atención al visitante. La finalidad última es avanzar hacia un turismo que promueva no solo la calidad de la experiencia para el visitante, sino también una mejor integración en la vida cotidiana de los municipios, reduciendo posibles tensiones y favoreciendo una convivencia armónica.
El responsable insular de Turismo para la Gobernanza y la Sostenibilidad, Pedro Mas, ha valorado positivamente el alcance de esta convocatoria. “Desde el principio de la legislatura nos hemos propuesto poner en valor todo lo que hacen los municipios de Mallorca. Nuestro objetivo es ayudarles, porque escuchando y conociendo sus necesidades podremos avanzar en la consecución de objetivos turísticos comunes”, ha señalado.
PLAZOS PARA EJECUTAR PROYECTOS
La convocatoria inicial contaba con una dotación total de 580.000 euros, de los cuales se han ejecutado cerca del 76,5 por ciento, lo que, según el Consell, demuestra el compromiso de los ayuntamientos con la mejora de su oferta turística. Los municipios beneficiarios disponen hasta el 31 de agosto de 2025 para ejecutar los proyectos financiados con estas ayudas.
Estas actuaciones se enmarcan dentro de una estrategia más amplia del Consell de Mallorca para fomentar un turismo más equilibrado, descentralizado y orientado a la sostenibilidad, alineado con las nuevas demandas del sector y de la ciudadanía.
Con esta inversión, el Departamento de Turismo busca no solo atender las necesidades inmediatas de modernización, sino también sentar las bases de un modelo turístico que evolucione al ritmo de los desafíos actuales, entre ellos la gestión del flujo de visitantes, la preservación del entorno y la calidad de vida de los residentes.
