A los sindicatos. A los que tienen convocada una huelga de 24 horas el 20 de julio en el corazón de la debilitadísima economía balear. Ya sólo con el anuncio, el daño ya está hecho. Y cuanto más tarden en sentarse a negociar y la desconvoquen, más daño.
No entraré, por obvio, en el manido terreno del "las cosas están muy mal, encima en plena temporada alta, esto es un chantaje".... Por aquí, no.
Nadie quiere que los trabajadores de la hostelería pierdan poder adquisitivo, ni que su dignidad laboral quede guardada en el baúl de los recuerdos. Sin embargo, debo recomendar a los líderes sindicales que han convocado esta huelga que miren a su alrededor. Que se detengan a ver que las relaciones laborales de hace 30 años (y que nos ganamos con sangre, sudor, lágrimas, huelgas y en la calle) ya no valen para estos tiempos. Esta maldita crisis nos está obligando a despojarnos con angustia de cosas muy preciadas. Muchas materiales, otras no. Si alguien piensa que los cambios brutales que se están produciendo no van con él, está acabado.
Miren, señores de los sindicatos. No podemos vivir anclados en el pasado. Cada minuto, cada nueva noticia económica es una bofetada. Las reglas del juego han cambiado. Nos las han cambiado. Y mucho me temo que no podremos jugar con las de antes durante mucho tiempo. No nosotros. Quizás tampoco nuestros hijos.
Busquen soluciones y, si tienen que desconvocar la huelga, háganlo hoy. Porque encima puede pasar lo de otros años: se convoca un mes y medio antes, y la noche anterior, de madrugada, forzada la negociación, se desconvoca. ¿Y el daño hecho? El daño a la industria y al empresario ya no se repara. Ah!, y los camareros, gobernantas, cocineros y maitres, el día 20, irán a trabajar porque por la radio habrán escuchado el 19 que la huelga estaba desconvocada. A trabajar y a cobrar el jornal. Ningún daño, toda la factura la paga uno.
Que no se escape el detalle de que sólo una parte negociadora se levantó de la mesa. La mesa sigue ahí para que vuelvan.