Hace más de un decenio que conocí a Tià con motivo de una entrevista para la serie Artista de Canal 4 Tv y desde entonces siempre he admirado su labor y las veces en que hemos coincidido han sido encuentros afectuosos. Ahora tocaba tomar nota de su evolución como artista durante estos años y para ello Francisca y yo, nos trasladamos al barrio de Son Ferriol. Un cartel que indica; Ca’n Pastor, un suave toque con los nudillos y se abría la puerta…
¡Bon día! Os esperaba, pasad y acomodaos. Os he preparado café y un poco de merienda, empanadas y cocarrois. Este hogar en donde estamos era la de mis abuelos y guardo una imagen lejana del abuelo Pep sentado en su butaca de skay.
Una espaciosa casa mallorquina, donde vive en la actualidad, Tià, con su esposa Margalida y su hija Valentina. Un gran ventanal, suelos hidráulicos, columnas de libros y fetiches personales nos rodean.
Sebastián Zanoguera Sastre nace en el núcleo palmesano de Son Ferriol el 22 noviembre de 1973, el mismo año en que Martin Cooper de Motorola realiza la primera llamada desde un teléfono celular, se inauguraban las Torres Gemelas de Nueva York, el puente de Bósforo en Estambul y la Ópera de Sidney, ocurría un eclipse total de sol de más de siete minutos que no se repetirá hasta el año 2150, en los ambientes musicales, Elvis Presley ofrecía el concierto en directo, Aloha From Hawái, via satélite para todo el mundo, se lanzaba Tubullar Bells de Mike Oldfield y The dark side of the moon de Pink Floyd, en cine la película; El Golpe de Paul Newman y Roberd Redford superaba todas las previsiones, fallecía en Hong Kong el actor Bruce Lee a causa de un edema cerebral, en diciembre el coche de Carrero Blanco saltaba por las aires en un atentado perpetrado por ETA, doce mallorquines perdían la vida en un accidente aéreo cuando un avión de Spantax colisionó con un DC9 en la localidad de Nantes realizando la ruta de Mallorca a Londres.
Y si damos un breve paseo por su infancia ¿con qué nos encontraremos?
Con un niño que corre y juega por calles sin asfaltar, con una visión que abarcaba un sinfín de terrenos y huertos agrícolas con mucho ganado, una imagen de vacas pastando con la única distracción del rugido de algún avión que sobrevolaba el cielo. Yo andaba de casa de mis padres a Ca’n Pastor que es esta, y no había otra edificación alrededor. Aquí se esquilaban ovejas, se recogían almendras, de hecho gran parte de mi infancia la pasé acompañando a mi padre a la compra de almendras. A veces sentía envidia de mis amigos, yo no podía ir con ellos a la playa, hasta haber acabado las faenas. Cada día cargábamos unas veinte toneladas de almendras cada uno. También es cierto que mis hermanos en más de una ocasión me cubrían y podía salir a divertirme.
En verano venían temporeros de fuera y nos ayudaban principalmente a la recogida, luego había que seleccionar y pelar.
Del álbum familiar anotamos lo siguiente: a su padre Pep, natural de Son Ferriol trabajaba en el sector alimenticio y concretamente con las almendras, su madre, Magdalena nacida en Santa María, ama de casa. Tuvieron cuatro hijos por este orden; Pep y Tomeu que son empresarios y socios, Tià y Marian que es profesora de cine. Sus abuelos paternos Pep y María y los maternos Jaume (al que no conoció) y María.
En esta casa también se fundó la “colla de Ca’n Pastor” un grupo numeroso de trabajadores que eran contratados por los amos de posesiones para realizar trabajos de campo y de mantenimiento.
¿Y tenía tiempo para ir al cole?
Por supuesto y además en verano en el Colegio Sant Antonio Abad, nos permitían extender las telas en su patio para que las almendras secasen.
¿Qué tal se le daba estudiar?
Visto en perspectiva lejana me doy cuenta de que ahora que tengo una hija, no quiero que le ocurra lo que a mí y entre mi mujer y yo intentamos que además de los estudios, tenga tareas complementarias que la motiven. Como la música, la pintura o el teatro.
Yo era el más bajito de la clase y habitualmente los amigos no me escogían para los equipos o para los juegos y encima me aburría tanto estudiando que nunca me atrajo, ni tan siquiera hacia los deberes, aquel aburrimiento me provocaba decepción, depresión. Quizá porque me resultaba demasiado fácil y yo notaba que necesitaba otras actividades. El párroco me encargaba que le hiciera los carteles que anunciaban las actividades de la iglesia, ya que el dibujo se me daba muy bien, aunque yo no fuera consciente de aquella virtud innata.
De mayor ha sabido que podría ser hipersensibilidad que en la ciencia nos deriva a; El trastorno del procesamiento sensorial o la: Disfunción Integral Sensorial que se distingue por las dificultades del individuo para interpretar y organizar aquella información captada por los órganos sensitivos o receptores sensoriales.
Aunque la sensación sensorial amplificada no necesariamente tiene que estar ligada a la depresión. Como siempre dependerá de cada caso.
Ha nombrado usted el Colegio Sant Antonio Abad en varias ocasiones como referencia a su infancia, pero en 2019 presentó un trabajo realizado en la fachada…
Sí, un mural de 100 metros cuadrados que me encargaron y lo finalicé unos días antes de la inauguración, el 17 de enero de 2019, dedicado a la figura de Sant Antoni y con referencias a los “dimonis”. Fueron varios meses de trabajo para poder llevar a cabo este proyecto, ayudado por una grúa de brazo articulado y muchos kilos de pintura acrílica.
Permítame retroceder de nuevo y situémonos en su época de adolescencia estudiantil.
Como adolescente fui muy niño, nada precoz. Recuerdo tener a los quince años una época depresiva, aunque en mi interior luchaba para que no fuera así. Compaginaba mi carácter introvertido con la idea de aplicar optimismo. Creo que el fútbol que no se me daba mal, me ayudó a superar esos fantasmas y fue un periodo de aplicar la autoestima.
Fue al suspender COU que reaccioné y me di cuenta de que debía cambiar.
A los 19 años me inscribí en la Reial Acadèmia de Belles Arts de Sant Jordi y me adapté a la parte académica que era relativamente fácil y más dura la teoría. A los 24, obtuve la licenciatura en escultura donde encontré un ambiente más sano, más puro, en pintura se apuntaba mucha gente indecisa, en escultura el que lo hacía sabía lo que quería, tenía clara su elección.
Estando en Barcelona, en cuarto y quinto de carrera me fui a vivir a Poble Nou, en una nave industrial que alquilamos entre cuatro. El ambiente era único pero demasiado intenso para aguantar aquel ritmo. Entre tantas cosas que vivimos, largas conversaciones y charlas intelectuales, o eso creíamos, música, arte, teatro, literatura, cine, cómic. Mucha fiesta.
Por allí pasó Juan Perro que vino a grabar un video clip, pasó también Javier Álvarez entre otros. Aquella fue una etapa de efervescencia cultural.
Después de licenciarme, de dos años más de estudio y doctorarme en Suficiencia Investigadora, no tenía muy claro cuál iba a ser mi futuro, de hecho dudaba si sería profesor de pintura o escultura en la Facultad.
Realiza una Tesina sobre Lucian Freud que en teoría y dicho por muchos de sus compañeros, la consideraban merecedora de una nota excelente y ¿Qué ocurrió?
La propuesta era; La pintura como metáfora de la carne.
Me suspendieron injustamente y no es un invento, presente un recurso, me sentía muy dolido por aquel atropello.
Obtuve una Beca de Rotary Club Ramón Llull y me fui a investigar a la Escuela de Londres de Lucian Freud y aunque no conseguí hablar personalmente con él, si pude hacerlo por teléfono. No le conté lo de la Tesina. Me invitó a su casa, pero unos días después se anuló la cita.
Lucian Freud, nació en Berlín en 1922 y murió en Reino Unido en 2011. Su obra tiene legiones de seguidores, interesados en conocer cómo debía de ser el trabajo de laboratorio de un artista que consiguió llamar la atención de la comunidad intelectual. El artista decía que pintaba gente por lo que es y no por lo quiere ser.
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Decidido sobre sus intenciones de ser artista ha dedicado su tiempo no solo a la pintura y a la escultura, también a la escenografía, al diseño, la poesía, la animación.
Su primera exposición fue en la Sala Rentadors de’s Jonquet donde presentó una colección titulada; Vols dir? no Gràcies.
¿Cómo fue su incursión en la animación experimental?
Dirigí dos ediciones del Festival Sota Terra una muestra de animación experimental, era un trabajo en conjunto con mis amigos Marc Capdevila, editor, montador y el poeta Albert Balasch. Tuvimos reconocimiento y ganamos varios premios con la animación como fuente de expresión en la que colaboraron una serie de galerías, centros de arte, comerciantes, entidades y el Cine Ciutat.
Participaron entre otros; Amparo Sard, Pere Ginard y William Kentdritge.
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Me he ubicado frente a alguna de sus obras. He intentado acomodarme en diferentes lugares del terreno, pero al final me he convencido de que pondría las manos sobre las telas y dejaría que mis ojos las conduzcan. He percibido a través de la piel, el aroma de la carne que se sumerge en su interior, el paso de su tiempo, la alegría y el dolor del que se nutre el ADN situado en el núcleo de las células. Noto las texturas en el tacto de mis dedos, las arrugas y sus mutaciones, la coagulación de la sangre, un intenso estímulo, el cambio químico que producen las enzimas, a través de sus pigmentos, recibo la trasmisión de la energía.
¿Qué artistas considera que hayan tenido influencia en su profesión?
Antes he mencionado a Lucian Freud, pero Francis Bacon, Jackson Pollock, Alberto Jacometti, Louise Bourgeois y sus esculturas arácnidas y admiro al poeta francés Antonin Artaud.
A Antonin Artaud le apodaban el poeta negro y pasó una parte de su juventud recluido en siquiátricos debido a sus cambios de comportamiento. Alternó su sobresaliente obra poética con el deterioro mental que padecía. Fue amigo de André Bretón y publicó verdaderas joyas literarias como el ensayo; "Van Gogh le suicidé de la Société”.
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En su carrera destacan exposiciones en prestigiosos espacios culturales; Casal Balaguer donde presentó From London, Espai d’Art Miquela Nicolau, Espai Mallorca en Barcelona, Galería Oliver Maneu, Galería Fran Reus, Malpaso en Barcelona, Rata Corner y un largo etc. Además en animación presentó numerosos trabajos, como; Bla, bla, bla con Capdevila y Balasch, Les Cambres, seleccionado en diversos festivales de todo el mundo, obteniendo entre tantos reconocimientos en 2013 el Primer Premio de VI Edición del Foro de Animación Contemporánea – Animasivo en Méjico DF, escogido como Mejor Film del reserved Poetry Film Festival en 2013, en Amsterdam y el Primer Premio del I Concurso de Videoart en Madrid.
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¿Cuál es su filosofía plástica?
Utilizo la definición: la pintura como metáfora de la carne. Para mí el hombre es lo único importante en mi pintura. Si el hombre no tiene presencia, ha de tener necesariamente ausencia. De lo contrario sería sencillamente intolerable. Me planteo mostrar como detrás de algo podrido, la deconstrucción, hay también creación. El círculo que envuelve el tiempo, al hombre, a la vida y a la muerte. Los embarazos, la continuidad y otra vez la vida.
Habíamos salido de su casa y nos adentramos en un antiguo almacén, donde conserva viejos artilugios de pesos y medidas, alguna escultura y nos indica que antiguamente estaba la peladora de almendras en uno de los rincones. Francisca no paraba de cliquear con su cámara ante tantos elementos, alguno de ellos de colección.
Allí, mientras nos mostraba algunas de sus obras, nos comentó que ese espacio lo utiliza para dar los últimos retoques y firmar.
Se detuvo delante de una cara barbuda…
El rostro de esta tela es parte de un trabajo pictórico y literario que he realizado sobre el Rey Lear que reconozco como un personaje absorbente.
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Algunos apuntes sueltos:
Añoro aquellas largas conversaciones sobre arte, sobre literatura, como hacía con mis amigos de Barcelona. Aquí las veces que puedo estar de charla en el bar, se suele hablar solo de fútbol.
Mi primera obra la tiene un amigo que me alegra que sea feliz por conservarla.
A veces para realizar mis bocetos pinto con modelo pero siempre en sesiones cortas.
He aprendido mucho tratando la figura humana, eso ha enriquecido mi lenguaje.
¿Qué resumen haría después de tantas lunas?
Que estoy felizmente casado, que tengo una hija maravillosa y eso ha mejorado mi vida, que cada día me levanto con la ilusión de pintar sin desanimarme a pesar de que mi carrera, dicho sea con toda sinceridad y ante las expectativas que me había marcado, sea un fracaso de momento. Seguiré luchando, seguiré dando clases particulares, nada impedirá que siga creyendo y creando. El confinamiento ha ralentizado tantos proyectos. Tengo prevista una exposición en Alicante.
Ante esta rotunda afirmación no me queda otra que reconocer a un ser notablemente autoexigente, un ser capaz de transformar y de profanar la materia, de revertir la piel y dejarla abierta y en carne viva, ardiendo, oliendo a vida, a muerte. A pálpito de nuevo, a poesía, a retorno, a reencuentro. Quiero saber que opinan sus rostros al lamer el pincel con que describe sus conciencias. Quiero saber que sienten al desnudarles, al dejarles sin pasado y con el alma a la vista.
¡Por Dios, Tià, nunca dejes de pintar!
Tras visitar su casa y el almacén, nos dirigimos a su estudio situado en un primer piso y allí acabamos el recorrido.
Aquel día, aún nos quedaba otra visita. Así que nos despedimos de Tià y nos metimos en el coche. Francisca colocó sus cosas, me miró y asintió como dando por buena la jornada.
Amenazaba lluvia otra vez y partimos.
Textos: Xisco Barceló
Fotografías: Francisca R Sampol