Marivent, Palacio de

Palma. Residencia veraniega de la Familia Real. Construido en 1923 por el arquitecto mallorquín Guillem Forteza por encargo del mecenas Juan de Saridakis, un artista griego, ingeniero de profesión, que decidió afincarse en Mallorca cautivado por su luz y su paisaje. La historia de este palacio empieza a gestarse en Chile, donde Saridakis se enamoró de la mujer del propietario de la explotación de nitratos donde trabajaba, la escultora Laura Mounier, con quien, una vez viuda, contrajo matrimonio. La pareja realizó varios viajes y en uno de ellos descubrieron Palma, ciudad en la que decidieron vivir, para lo que adquirieron un terreno de 33.000 metros cuadrados sobre un acantilado, en el que construirían su mansión, proyecto que le fue encomendado al arquitecto Forteza, quien diseñó un edificio con dos plantas nobles y amplias terrazas, rodeado de un jardín y de un gran parque silvestre. Al lado de su mujer, Saridakis empezó a pintar y, gracias a la herencia del anterior marido de Laura, reunieron una fabulosa colección de obras de arte entre pinturas, muebles, cerámica y otros objetos. Mucho mayor que él, Laura envejeció y cayó enferma requiriendo los cuidados de una enfermera, Ana Marconi, que habría de convertirse, tras la muerte de Laura, en la segunda mujer de Saridakis. Finalmente, en 1965 y a los pocos meses de enviudar, Ana Marconi decidió donar la mansión de Marivent, con todas sus riquezas artísticas, a la Diputación Provincial. Durante años, el palacio, tal y como lo había habitado Saridakis, abrió sus puertas al público en calidad de museo, con pinturas de Picasso, Goya, Sorolla, Zuloaga, Joaquín Mir, Anglada Camarasa y Durero. Contaba además con 28 cuadros del propio Saridakis y con las esculturas de Laura Mounier, si bien, la parte más importante de la colección la constituyen las casi mil piezas de cerámica. La biblioteca, con cerca de 2.000 volúmenes dedicados fundamentalmente a temas de historia y arte, era de gran interés. En 1972 el presidente de la Diputación, José Alcover, propuso que se habilitara una parte del palacio como residencia estival de los entonces Príncipes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, idea que fue acogida con entusiasmo por las autoridades locales. En 1973, tras las obras de acondicionamiento y en el transcurso de una visita oficial, les fueron entregadas las llaves. Hasta 1982, excepto en los meses de verano, el museo siguió abierto, pero problemas de seguridad obligaron a cerrarlo poco después. En 1986, tras unos años de litigios con los herederos, se devolvieron los bienes muebles y las colecciones de arte a los hijos de Ana Marconi, quienes consideraban que se estaban incumpliendo los requisitos previstos por la Fundación Juan de Saridakis. La Comunitat Autònoma, con la colaboración de Patrimonio Nacional, facilitó lo necesario para la decoración de las estancias de Marivent. La última reforma se realizó en 1997, ampliándose las dependencias del palacio y acondicionando el complejo anexo de Son Vent, destinado al Príncipe de Asturias.

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