Han reabierto el Parlament, donde ahora el PP hará sus típicas e incisivas preguntas al Govern, que no sabemos si tendrá agallas para afrontar tamaño reto. Aunque, a decir verdad, casi prefiero escuchar ñoñerías del PP que no el delirio de un PSOE que no se ha dado cuenta que la crisis le ha pasado por encima. Pero hoy vamos a contar un nuevo episodio del mareo al que el Govern nos está sometiendo, con tal de que un día llegue el 20 de noviembre y nos pueda decir lo que nos espera, que será todo menos bonito. El vicepresidente, Josep Ignasi Aguiló, acudió a una comisión parlamentaria y, según la prensa, dijo que "podríamos haber presentado un listado de medidas, pero es más importante dar un mensaje claro a la ciudadanía". O sea que las medidas son confusas, oscuras, y no dan un mensaje claro. En cambio, enrollarse, contarnos una de indios, siempre es mejor, da un mensaje claro. El vicepresidente no dijo nada serio, pero nos vendió que se iba a contener el gasto y que iban a "profundizar en la liberalización de los diferentes sectores". ¿Tendría a bien el Govern decirle a los ciudadanos en qué va a dejar de gastar? ¿Nos van a explicar de dónde se van a producir los recortes? Estamos hablando de 300 millones para lo queda de año y bastante más de 800 millones para el año que viene, aunque partiendo del Presupuesto en vigor cuyo capítulo de gastos tampoco es reconocible.
