Los casos de explotación laboral que de tanto en cuanto, con más asiduidad de la que sería deseable, van siendo destapados por la Policía y la Inspección de Trabajo, descubren la cara más amarga de la crisis, donde debido a la crudeza de la situación y a las aún muy elevadas tasas de desempleo, ciertos empresarios que no merecen tal nombre someten a sus empleados a condiciones laborales ilegales y rayanas en una moderna esclavitud. En el último caso conocido, el de la cadena de tiendas del Forn de Son Ferriol, al parecer había cinco trabajadores sin contrato. Se suma este a tantos otros establecimientos que a la vez que elaboran pastelería y panadería, funcionan como establecimientos de restauración, lo que constituye una competencia desleal hacia aquellos, pues la sujeción al convenio de hostelería les obligaría a tener costes más elevados.
La Administración, la Inspección de Trabajo y las Fuerzas de Seguridad deben continuar por este camino y actuar con contundencia y rigor en todo caso donde se detecte cualquier vulneración de los derechos de los trabajadores. Toda actuación en este sentido ha de ser aplaudida pues además de la lesión a los derechos de los trabajadores, incurren en competencia desleal contra aquellos establecimientos que sí cumplen y respetan la Ley.