Ya empezamos. En fin, ahora que todo indica que a la nueva propiedad del Mallorca no le interesa el Lluis Sitjar para ninguna permuta, no olviden que aquí leyeron en primer lugar que tal acuerdo rozaba lo imposible en función de los derechos de la Agencia Tributaria sobre los títulos de propiedad que posee la SAD y la más que previsible oposición de los antiguos propietarios de los terrenos donde se edificó Son Moix, expropiados para uso exclusivo de zona deportiva.
Los lectores de mallorcadiario.com, primero mallorca y después diario, también supieron que la Asociación de Copropietarios del viejo Es Fortí, no se entiende con el club a la hora de asumir los gastos de su demolición que el Ajuntament de Palma ya ha reclamado. Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. Aún me entra la risa tonta con la gran acogida con que se recibió la genial idea de girar el terreno de juego y orientarlo de este a oeste.
De otro lado me cuentan que la directiva de la Federació de Penyes está muy contenta con la nueva propiedad porque ha empezado a pagar las comisiones y acepta hacerse cargo de la deuda con los autocares. O sea, que el mallorquinismo se reproduce o disminuye en función de lo que reporta al emisor cada carné de abonado. Alguien debería informar a Molango a quién se le entregaban por la cara cuatrocientas invitaciones por partido que, a la vista de la afluencia de espectadores, no se debían repartir en su totalidad. Una costumbre de años atrás que ignoro cuándo se interrumpió, si es que alguien terminó con ella.
Otra clave no relacionada con la anterior. ¿Quién o quiénes obtendrían un treinta por ciento más del precio de venta de sus acciones en caso de que el comprador obtuviera una plus valía?. No se admiten apuestas que, como se ha visto, luego se amañan partidos.