Así se le queda la cara a un mallorquín la primera vez que sale de la isla.
Claro, acostumbrad@ a la paz y tranquilidad de Mallorca, su clima suave, sus gentes que no emprenyan por la calle al desconocido... es pegar el salto y comenzar a passar pena. Esas distancias inasumibles, ese ritmo de vida frenético, esos fríos y calores extremos...
Si es que com Mallorca no hi res. Lo dice hasta el Times.