La noche más mágica... y el amanecer más sucio. Mallorca calienta motores para la Nit de Sant Joan en la que, como manda la tradición, miles de ciudadanos se congregarán en playas y calas para dar la bienvenida al verano cenando, bebiendo y torrando en la arena. Pero, ¿será una mañana más de basura y restos inorgánicos esparciados por la playa? Instituciones y entidades sociales llevan semanas preparando acciones para evitarlo, erradicando el problema de raíz: si no se genera el residuo, no hay que tirarlo, recogerlo y reciclarlo o incinerarlo.
Datos concretos: en Palma se recogen más de 40 toneladas de residuos en una noche como la de hoy, 25 más que en un día cualquiera. El aluvión de vasos, platos, cubiertos y pajitas de plástico, así como los restos de velas y de cigarros se traduce en montañas de basura que han de ser recogidos y tratados.
Y ésto cuando se recogen y no acaban en el mar, afectando seriamente al medio marino. Un claro ejemplo: la vida útil de una bolsa de plástico es de apenas un cuarto de hora pero cuando se abandona en el medio ambiente, tarda 500 años en descomponerse. Lo preocupante es que sólo el 35 por ciento de las bolsas de plástico se deposita en los contenedores amarillos para su reciclaje, por lo que la mayoría acaban dispersas en campos, ríos o mares.
El plástico se inventó a finales del siglo XIX pero hasta mediados del XX no empezó a producirse a gran escala. Por ello, solamente tenemos que lidiar con 8.300 millones de toneladas de este material desde entonces. De ellas, más de 6.300 millones se han convertido en residuos.
Números que no hacen más que reflejar una realidad: la emergencia medioambiental en la que se halla inmerso el planeta. Por ello, Administraciones y entidades sociales ponen el foco en una noche como la de hoy para evidenciar la necesidad de cambiar el chip.
"Es tan fácil como llevar la comida y los utensilios en una bolsa de tela o en una mochila, en vez de en una bolsa de plástico, y de meter la comida en tuppers y no en platos de plástico", sugiere la regidora d'Ecologia, Agricultura i Benestar Animal de Palma, Neus Truyol. "La idea es generar la menor cantidad posible de residuos y los que se produzcan, que sean reciclables".
Truyol destaca que Cort ha lanzado este año, por primera vez, una campaña de concienciación para esta noche". No obstante, Truyol -que es también presidenta de Emaya- asegura que el operativo de limpieza se refuerza como todos los años: 40 operarios, tres responsables y unos 25 vehículos compondrán el dispositivo especial de limpieza por Sant Joan, que trabajará durante la madrugada del sábado al domingo.
Por su parte, las organizaciones Es Racó de ses Idees y la Asociación Ondine ponen en marcha el evento Noche de San Juan #residuocero en la que ciudadanos voluntarios y concienciados velan por difundir este mensaje y ofrecer claves en el cambio de hábitos. Este año -el tercero consecutivo que se realiza- eñ evento crece y llega a seis playas de la isla.
Se trata de rechazar los artículos de un solo uso, optando por el uso propios vasos, cubiertos, recipientes y cestas o bolas reutilizables, y a evitar las bolsas de plástico, las bebidas envasadas en plástico o latas, los vasos y cubiertos desechables, así como a no dejar colillas ni restos de velas, con el objetivo de, al acabar la noche, dejar la playa limpia.
"Se puede disfrutar de una noche tan mágica como ésta sin ensuciar la playa y atentar contra el medio ambiente", concluyen los organizadores.
BASURALEZA: EL TÉRMINO QUE REFLEJA UNA PREOCUPANTE REALIDAD
Por su parte, desde el Proyecto LIBERA de SEO/BirdLife consideran que "todos tenemos la responsabilidad de acabar con la basuraleza, una catástrofe ambiental que está poniendo en jaque la salud de los ecosistemas” afirma Miguel Muñoz, portavoz d
Anualmente se vierten unos ocho millones de toneladas de residuos al mar desde las orillas de países como España. “Plásticos, redes, bastoncillos, toallitas y colillas, muchas colillas, se encuentran en entornos terrestres. Así lo atestiguan los datos recopilados por en el proyecto de ciencia ciudadana de LIBERA, que vienen a corroborar otros estudios como el de la organización Ocean Conservancy, que en 2017 informaba de que las colillas suponen el 13 por ciento del 13 por ciento del número total de desperdicios recogidos en su campaña mundial”, añade Sara Güemes, portavoz del Proyecto LIBERA de Ecoembes.
Residuos que desde tierra acaban en el mar, entorno en el que se ha estudiado más los efectos de la basuraleza con datos tan preocupantes como que unas 1.400 especies marinas están vinculadas de algún modo a este problema. “Las aves marinas son uno de los grupos faunísticos más afectados por la basuraleza, el 90 por ciento de las aves marinas han ingerido plástico” afirma Miguel Muñoz.
Además, desde LIBERA se hace especial hincapié en las zonas costeras, en donde la Noche de San Juan se celebra en muchas playas en las que, en este período, se encuentran varias especies de aves en su época reproductora. Especialmente es un momento delicado para aves que tienen sus nidos en dunas u otros lugares próximos a la playa como el chorlitejo patinegro, el charrancito común y la canastera común. Estas tres aves además están incluidas en la categoría de “Vulnerable” en el Libro Rojo de las Aves de España y están protegidas tanto por la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad como por la legislación de las distintas comunidades autónomas. Por ello, anima a la ciudadanía a acudir a playas urbanas para celebrar esta fiesta y a evitar, en la medida de lo posible, entornos naturales y, especialmente, zonas protegidas por su valor ecológico.