Maleteros contra la estabilidad

Causa escalofríos el anuncio de huelga por parte de los maleteros de Son Sant Joan con cuatro horas de inactividad diarios en los días punta de Semana Santa.  Basta de chantajes. Respetando el legítimo derecho de los trabajadores a activar medidas de fuerza para defender sus reivindicaciones, el que es intolerable es aprovechar unos días de gran afluencia turística para causar un caos en Son Sant Joan. Eso es jugar con el pan de toda una sociedad que tiene en el turismo su principal fuente de riqueza sea de manera directa o indirecta.

Una colectividad golpeada por el paro, que continúa atravesando una época durísima de crisis, no se merece este mazazo insolidario. Nos encontramos también ante un nuevo golpe a la imagen de Mallorca cuando somos una isla que vive de su prestigio. Aprovechar Semana Santa para convertir la terminal del aeropuerto en un caos de maletas por todas partes es una indignidad. Si los maleteros creen que así conseguirán muestras de apoyo, se equivocan de medio a medio. Deberían ser los mismos sindicatos los que les convenciesen de que hay otras formas de conseguir sus fines, no poner en vilo al conjunto de la comunidad causando molestias enormes a los clientes de la isla.

Cuando un colectivo laboral desarrolla su tarea en un servicio neurálgico debería dar muestras de responsabilidad. El mal que causarán si van a la huelga será infinitamente mayor a los beneficios que ellos puedan obtener. Tan pocos no pueden causar tanto daño a tantos. Es imprescindible que la sensatez se imponga. El solo anuncio de huelga, aunque luego se desconvoque en el último minuto (como tantas veces ha ocurrido) ya produce perjuicios importantes porque retrae a potenciales clientes de contratar sus vacaciones.

Ha de vencer el respeto al interés general, por el bien de todos. Los maleteros han de comprenderlo lo más rapidamente posible. Confiemos que sea así.